El DeberEntrevista

Ayme Barrios: la reina del asadito cruceño

Simpática y humilde, esta señora se ha convertido en un referente gastronómico en la urbe cruceña, conoce su historia

9 de junio de 2021, 11:46 AM
9 de junio de 2021, 11:46 AM

‘Doña María’ es una mujer muy agradable y humilde, pero al momento de hablar sobre sus asaditos agarra seguridad para contar cómo construyó el negocio que lleva 30 años en Santa Cruz de la Sierra y con el cual pudo sacar adelante a sus tres hijos y comprar una casa propia.

Su nombre real es Ayme Barrios Mamani, pero se quedó con el sobrenombre de María por un cliente olvidadizo que así la hizo conocida. Sorprendentemente, la dueña de una de las mejores recetas de este bocadito camba, recibió el primer beso de sol en Potosí.

Hija de Juan y Juana, creció entre los cerros colorados y caminos de tierra del sur boliviano. Recuerda que su interés por la cocina comenzó cuando era una niña y que fue su madre quien le enseñó gran parte de los secretos que hoy usa en sus recetas.

Sin miedo a nada

En busca de oportunidades, muy jovencita viajó a Argentina para trabajar y ayudar a su familia, pero por motivos familiares pronto terminó retornando a Tupiza. Fue entonces que se animó a comenzar una nueva vida en Santa Cruz. Con la maleta ligera, pero el corazón lleno de sueños llegó a la capital oriental en compañía de sus tres hijos: Edith, Rubén Darío y Jessica para vivir en un cuartito en alquiler.

Trabajadora

“En Santa Cruz solo el flojo se muere de hambre”, afirma con seguridad, pues está convencida que esta es la tierra de las oportunidades. Cuenta que el primer empleo que tuvo fue en una hamburguesería en la que trabajó durante cinco años y donde aprendió sobre el paladar camba. 
Esa experiencia despertó sus ganas de tener algo propio, así que sin dudarlo renunció y comenzó a vender panza rebozada y asaditos. Revela que le tomó años perfeccionar su receta, pero lo logró. Empezó atendiendo en una mesa en la calle, pero con los años cambió a un carrito y luego a una casa en la que ahora vive y trabaja, frente a la cancha Avaroa (entre radial 26 y canal Isuto). Curiosamente, sus asaditos son un punto de referencia de la zona norte. “Lo bueno es que ya no tengo que salir corriendo si comienza a llover”, bromea.

La pandemia

Como a todos, la llegada del virus la perjudicó y tuvo que cerrar su negocio por cuatro meses. Cuando las medidas se flexibilizaron, María reabrió con  todas las medidas de bioseguridad y solo para llevar. Así continúa hasta hoy y, a pesar de que la afluencia no volvió a ser igual, las personas siguen llegando y se forman en fila para disfrutar de sus productos.