Vania Sánchez cumple 37 años y más de dos décadas como top magnífica. No piensa retirarse de las pasarelas. Sostiene que no tiene nada de malo mostrarse sensual y que las mujeres no deben callar las canalladas

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11 de abril de 2021, 15:45 PM
11 de abril de 2021, 15:45 PM

Foto: Jhon Orellana

Incómodo. Muchas veces, la modelo Vania Sánchez sintió cómo la sombra del acoso oscureció su mundo. Entonces se sintió como una pieza de porcelana a punto de romperse. Las propuestas indecentes llegaron en una vía pública o en mensajes privados de Facebook en los que unos depravados demostraron ser expertos en incomodar a una mujer y sobrepasar la línea del respeto.

“Me han acosado y puse en su lugar al acosador”, sentencia. Ella, sin temor, encaró a los desconocidos y exigió ese respeto que todos merecen. Esos momentos no hicieron que ella desistiera de mostrar su cuerpo o usar ropa sexy.

Hace más de siete años, Vania dejó un molde y pasó a otro. Su transformación fue evidente, porque sus bíceps y muslos crecieron tanto que llamaban la atención de cualquiera. Eso, asegura, no tiene nada de malo. Ella es libre. Y seguirá siéndolo. Todas las mujeres deben serlo.

Vivir para contarla

Tenía 16 años cuando Pablo Manzoni la hizo magnífica. Y desde ese entonces no se detuvo. Su nombre se convirtió en una marca y ella llegó a ser una de las modelos más reconocidas del país junto a Carla Morón, Verónica Larrieu y Cecilia Sanabria.

Mañana, Vania cumplirá 37 años y su belleza estuvo encerrada en cuatro paredes, porque el coronavirus la obligó a no salir ni a la vereda. Supo cuidarse y sus días fueron tranquilos con Valeria Núñez del Prado, su hija de siete años. Ella y su pequeña se consideran unas sobrevivientes de este apocalipsis mundial.

No callar

Como muchos está consternada con los reportes de feminicidios en Santa Cruz. Ella alza la voz y cree que llegó el momento de que las mujeres se unan para defenderse de los abusivos.

Ninguna dama debería callarse las canalladas de un varón. Y piensa que se debe saber manejar las redes sociales, porque en ellas abundan los que buscan hacer daño y sembrar el terror.

La ‘torre’

Dice que la vida y Dios fueron buenos con ella. Tiene una empresa de catering, es influencer y no piensa dejar el modelaje. Toda esa ‘torre’ que pudo construir hasta ahora la logró con disciplina y esfuerzo.

No se arrepiente de nada de lo que hizo. Tampoco tiene alguna asignatura pendiente. No se considera una mujer vanidosa, a pesar de que le encanta lucir impecable y ejercita casi todos los días para mantener su figura. Para ella, eso es amarse a sí mismo y no tiene nada de malo preocuparse por su apariencia y su salud.

Mucha sensualidad

No hay secretos para tener un cuerpo armonioso. Eso, según ella. Su buena genética le sumó para tener una figura escultural. En su momento poseía una musculatura marcada y se convirtió en una chica fitness, pero hoy ya solo tiene un ‘cuerpo saludable’.

Es influencer de al menos 12 marcas y está muy conforme con ser su imagen. Asegura que jamás promocionará un producto o un servicio que no esté alineado con su filosofía de vida. Y comparte todo lo que sabe con las mujeres que buscan cambiar sus hábitos de comida y desean mejorar su figura.

Está divorciada. Le gusta viajar. Está contando las horas para tomar un vuelo y perderse en alguna parte del mundo.

Volverá a pasear su figura cuando la situación sanitaria mejore y regresen los desfiles y los grandes eventos. Entonces no temerá mostrarse y destilar sensualidad.