Apareció en una entrevista televisiva donde negó contar con las propiedades que se le atribuyen. Expresó su temor ante una justicia parcializada que lo quiere como un "trofeo"

6 de diciembre de 2021, 8:42 AM
6 de diciembre de 2021, 8:42 AM

Antonio  Parada Vaca, principal acusado en la denuncia presentada por su expareja, Valeria Rodríguez, negó la existencia de ítems fantasmas que han provocado un revuelo mayúsculo tanto en el municipio como en la Fiscalía de Santa Cruz.

"Inventarse que yo fabricaba 800 ítems es totalmente falso. No hubo nada", señaló Parada en una entrevista cedida a Gigavisión.

Parada negó ser la cabeza de una red de corrupción en la Alcaldía Municipal de Santa Cruz de la Sierra que manejaba un estimado de 800 ítems fantasmas y eran cobrados de manera irregular. También desmintió tener innumerables posesiones de inmuebles y vehículos que le atribuyeron en los últimos días.

De acuerdo con el relato de Parada, la contratación del personal en la Alcaldía responde a los pedidos de cada secretaría. 

"Desde Recursos Humanos se revisa la documentación para devolver de nuevo a las secretarías para que firmen los contratos. A partir de ahí, cada secretaría es responsable del funcionario", agregó.

Considera imposible que tenga 800 empleados bajo su responsabilidad. "Es algo irresponsable, absurdo, decir o lanzar ese número". En el departamento de Recursos Humanos, donde fungía como director, sólo se contemplaban 50 funcionarios.

"Nadie ha salido a decir que es verdad. Lo lanzan por política para involucrar a las autoridades. Y todo nace por un despecho", detalló. 

Parada ingresó a trabajar como funcionario municipal en 2004, bajo la gestión de Roberto Fernández, pero con Rómulo Calvo en calidad de alcalde interino

"No puedo negar que mi exsuegra me ayudó a ingresar al municipio", puntualiza. Se refiere a Romy Paz, en aquel tiempo concejal por UCS y posteriormente asesora en el Concejo Municipal.

Desde el 2008, en la gestión de Percy Fernández como alcalde, Parada ejerció el cargo de Director de Recursos Humanos.

Por el momento descarta aparecer de manera pública o presentarse ante la justicia. De igual forma evitó dar detalles sobre su paradero.

"No tengo seguridad jurídica. Me encuentro a buen recaudo ante el temor que siento por mi bienestar y el de mi familia", afirmó. 

Con relación a las acusaciones presentadas en su contra, Parada considera que  la denuncia responde a "una extorsión". Explica su reunión, en un café, con Rodríguez para concretar un desistimiento y la posterior conciliación en relación a las demandas interpuestas por su expareja y relacionadas con motivos familiares. A dicha reunión, puntualiza, acudieron los abogados de ambas partes.

Más allá de lo hablado en dicha reunión, al día siguiente recibió un borrador de documento en el cual se le pide la mitad de una lista de propiedades que supuestamente posee a las que se suma una pecunia que asciende a tres millones de dólares.

Parada negó ser propietario de los vehículos y bienes inmuebles que se le atribuyen tanto en Santa Cruz de la Sierra como en Estados Unidos. Eso sí, vincula una propiedad en Miami por el valor de $us 240.000 que pertenecería a Rodríguez y estaría a nombre de ella. Él señala que vive en un inmueble alquilado.

A pesar de esta afirmación, la fiscal encargada del caso, Marcela Terrazas, refirió a un informe preliminar que referiría seis bienes inmuebles y una quincena de vehículos a nombre del imputado. La Fiscalía también inició las consultas pertinentes para conocer si Parada cuenta con propiedades a su nombre en Estados Unidos.

Sobre el origen de sus ingresos, Parada alega dos fuentes que sustentan su nivel de vida. Por una lado, la herencia recibida por una casa que era propiedad de su padre. 

"Ese monto se giró a Estados Unidos para comprar un apartamento donde alojarme mientras permanecía en aquel país para acompañar el tratamiento de uno de mi hijos", agregó.

La segunda fuente de recursos proviene de un negocio que sostiene por la venta de teléfonos. "Fui el mejor vendedor de Bolivia", detalla para avalar el incremento sucesivo de su capital.

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