Solicitarán una auditoria del sistema informático del TSE para transparentar el resultado electoral. Su base de trabajo, menos del 1% de las actas, debilita sus denuncias

23 de octubre de 2020, 7:55 AM
23 de octubre de 2020, 7:55 AM

Las fotocopias de las actas inundan las mesas mientras Rómulo Calvo y Jorge Valda, dirigentes cívicos, explican las supuestas irregularidades que envuelven al proceso electoral. Detrás de ellos, un grupo multidisciplinar trabaja arduamente en la revisión de las más de 15.000 actas que han recibido.

El presidente del Comité pro Santa Cruz, Rómulo Calvo, duda de los resultados electorales adelantados por el Tribunal Supremo Electoral (TSE) y pide al Órgano Electoral que suspenda el conteo hasta que se aclaren las observaciones planteadas. En un trabajo contrarreloj tratan de demostrar las supuestas irregularidades que envuelven a un proceso que, según expresaron las distintas delegaciones de observadores, se caracteriza por su corrección.

Desde la institución cívica se cuestiona al TSE por una administración deficiente del proceso electoral. Observan, además, que la suspensión del Direpre dificulta la gestión del control electoral que, en años anteriores, con sistemas como el TREP, fueron efectivas.

Eso sí, también advierten que no cuentan con material suficiente para realizar un conteo exhaustivo. Hasta el momento han trabajado con 300 actas, menos del 1% del total de actas. Por ello, han solicitado a los partidos políticos para que les faciliten las actas electorales. Con los poco más de 15.000 registros recibidos continuarán analizando las actas para identificar nuevas irregularidades.

Valda observa también que la deficiente participación de las agrupaciones tanto el día 18 de octubre, en las mesas electorales, como los días siguientes en el control del cómputo de actas dificulta acceder a la información adecuada.

Las observaciones planteadas por el Comité Cívico se sostienen en cinco aspectos.

Padrón electoral "inflado"

Uno de los puntos observados por el equipo de trabajo considera que hay un incremento “no justificado” de votantes en algunas mesas electorales. De acuerdo a los datos del padrón electoral depurado por el TSE, en las elecciones del pasado domingo concurrían a las urnas 7.332.925 bolivianos, tanto dentro del país como en el exterior.

Al considerar las cifras sin la participación de los residentes en el exterior, el total de votantes suma 7.031.294, lo que supone un incremento de 56.931 votantes.

Al concurrir a las mesas electorales, se ha detectado una variación sorprendente del número de ciudadanos habilitados para el voto. Por ejemplo, en la mesa 11.329 en el municipio de Sopachuy, provincia Tomina, del departamento de Chuquisaca, se pasó de 32 votos emitidos en 2019 a 218 votos un año después.

En contraposición con este dato, el director departamental del Servicio de Registro Cívico (Sereci) de Chuquisaca, Ronald Roca, manifestó que el padrón electoral biométrico del departamento había decrecido en relación a los datos contemplados el 2019.

Valda considera que es complejo demostrar que este patrón se repite en otras mesas puesto que “muchas mesas se duplicaron por las medidas de seguridad asumidas por el Covid-19”, lo que dificulta el contraste de cifras.

Desde la agrupación Creemos se ha solicitado al TSE que se verifique, de manera manual con un recuento de los votos en ánfora, los resultados de, por lo menos 460 mesas en las que el MAS suma el 100% de los votos habilitados en la mesa. También cuestiona un total de 2.305 mesas en las cuales el binomio Arce -Choquehuanca supera el 95% de los votos habilitados.

En opinión del ente cívico, la falta de un control electoral eficiente por parte de los partidos concurrentes en las urnas y la dificultad para ingresar a las zonas rurales sugiere que “el llenado de actas no se pueda constatar con la validez de la población, por lo cual se altera la cantidad de votantes de manera sorprendente”. En este caso, no se ha evidenciado más pruebas que las referidas al municipio de Sopachuy.

Repetición de jurados electorales con huellas diferentes

En la misma mesa electoral del municipio chuquisaqueño de Sopachuy, destaca una segunda irregularidad que, en esta ocasión sí, se replica en otras actas.

Juan Zambrana Vela firma las actas electorales correspondiente a los comicios de 2019 y 2020 como jurado electoral. Al contrastar las firmas y la huella dactilar se percibe que los datos no coinciden, lo que provoca la incertidumbre sobre la identidad de la persona.

La investigación que lleva adelante un equipo capitaneado por el Comité pro Santa Cruz revela que Zambrana es empleado de la Gobernación y no reside en la comunidad en la cual participa de jurado.

Una situación similar se registra en Cochabamba. En la mesa 32.533 una misma jurado electoral participa en los dos procesos. En este, el nombre de Yolanda Espíndola Rivera coincide en ambas actas a pesar de que su firma y su huella sean diferentes.

Un tercer caso señala al presidente de mesa, José Toledo Franco, en la mesa 32.900 de Cochabamba, que también reincide en la misma irregularidad. En esta mesa, constata Valda, los 109 votos emitidos son para el MAS.

Anomalías en actas del exterior

La ley electoral establece que las actas deber ser subidas en color para reflejar con claridad la información. Las mesas 1.706 a 1.800 correspondiente a la votación en Argentina, muestran una foto en blanco y negro que, aparentemente, refleja una fotocopia del acta.

En diversas mesas de España y Brasil ocurre una anomalía similar, según los cívicos.

Otro factor reseñado por el análisis realizado desde el Comité considera que en varios colegios electorales argentinos se ha registrado un incremento de votantes habilitados que cuadriplica los datos de 2019. Son varias las mesas que pasan de 50 a 200 habilitados.

Aunque la observación que más preocupa a Valda se centra en un acta que llega desde Argentina que está avalada por un notario de fe pública de La Paz.  El sello señala a Nelly Marlene Taboada Párraga, responsable de la notaría N°19 ubicada en la ciudad de La Paz.



Computo de actas con datos alterados

Al igual que el pasado año, la diferencia entre las actas computados y las cifras recogidas en el conteo de mesa conforman el principal descontento. Desde el TSE se justifica que pueden ser errores de trascripción mínimos que se corrigen con los diversos filtros de seguridad que contemplan.

A esto agrega que la suspensión de un sistema de conteo rápido y la ausencia de las fotografías de las actas limita la realización de un control electoral efectivo.

Como muestra del registro alterado de los datos, señala la mesa 70.511 correspondiente a Santa Cruz. El acta de mesa contempla 126 votos para Creemos y 21 para el MAS. Al cotejar la información con la página digital del OEP reporta 114 votos para Creemos y 28 para el MAS.

Valda argumenta que un 10% de las actas revisadas revela la disparidad en los datos “que siempre suman en beneficio del MAS”.

Alteraciones informáticas

El Órgano Electoral Plurinacional (OEP) muestra el resultado, minuto a minuto del conteo de actas. Parte del control electoral consiste en observar la evolución de la página para cotejar los números que ofrece.

En este sentido, el trabajo realizado por el Comité pro Santa Cruz cuestiona la evolución de los datos comprendidos entre las 14:33 y las 19:04 del 21 de octubre y revela una “disminución directa de votos en algunos partidos”, indica Valda.

En el caso de Comunidad Ciudadana, explica, pasa de contabilizar 1.593.180 votos a 1.591.872; es decir, en las casi cuatro horas, donde se sigue contabilizando nuevas actas, el partido de Carlos Mesa registra un retroceso de 1.308 votos.

Algo similar ocurre con el conteo de votos en favor de ADN, que en el mismo lapso de tiempo reporta en 5 oportunidades una disminución de los votos computados. Curiosamente, en ese momento se disparan los porcentajes en favor del Movimiento Al Socialismo en una proyección que, de mantenerse bajo ese ascenso “podría bordear un resultado final para el MAS sobre el 70%”, destacan desde el Comité.

Una segunda alteración de índole informativa muestra la modificación del número de actas totales computables. De acuerdo a la captura de pantalla realizada por personal del Comité, a las 9:09 del 20 de octubre se registraba un total de actas habilitadas de 34.157. Horas después, ese número ascendió hasta las 35.600 que se registran actualmente.

Curiosamente, y en contraste con los registros electorales de años pasados, ningún acta ha sido anulada. En las elecciones presidenciales de 2014, 49 actas fueron calificadas como anuladas por el TSE.

“El sistema es voluble para modificar los datos de manera manual”, reclama Valda y revela un incidente que aconteció en la sala de cómputo del Tribunal Electoral Departamental de Santa Cruz y están tratando de certificar con testimonios y denuncias de los delegados. 

Según información que manejan, la mañana que llegaron los sobres procedentes de provincias, pidieron desalojar la sala de cómputo durante unas cuatro horas. Al retorno de los funcionarios electorales, que permanecieron en un espacio aislado y sin comunicación posible, las actas estaban computadas. Un trabajo que, “de realizarse con un sistema normal, podría alcanzar tres turnos completos de trabajo”.

Chuquisaca y Potosí suman acciones

Los comités cívicos de Chuquisaca y Potosí se han manifestado en torno a las sospechas sobre el proceso electoral. Desde la capital advierten que presentarán una denuncia formal por las irregularidades denunciadas.

El Comité Cívico Potosinista (Comcipo) emitió un comunicado en el que plantea el estado de emergencia ante las observaciones de referidas ante el TSE.