El candidato de Comunidad Ciudadana admite que la tendencia del conteo rápido es irreversible y asegura que será una oposición propositiva. El postulante de Creemos felicita a su bancada, pero no reconoce ganador hasta el final del conteo

El Deber logo
21 de octubre de 2020, 5:00 AM
21 de octubre de 2020, 5:00 AM

Uno se ve como la cabeza de la oposición a Luis Arce Catacora, el otro, felicita a su flamante bancada de diputados y senadores, pero prefiere esperar a que el último voto sea contado antes de dar su evaluación. 

Así fueron el día después de las elecciones de Carlos Mesa y Luis Fernando Camacho, presidenciables de Comunidad Ciudadana y Creemos que quedaron segundo y tercero en una elección general en la que el Movimiento Al Socialismo ganó con mayoría absoluta.

Al menos así lo dicen dos conteos rápidos que parecen ser suficiente para que Mesa opine que, más allá de que cambien los porcentajes, Arce ganó en primera vuelta.

Desde una tarima, con un saco grueso y oscuro, Mesa reconoció a Arce como ganador y asumió su rol de opositor. “Esto no es el fin sino el principio”, dijo.

Eso fue en La Paz, a media mañana. A media tarde, en Santa Cruz de la Sierra, la sala de prensa de la casa de campaña de Camacho era una habitación atestada de seguidores y periodistas donde se respiraba un aire caliente y exaltado. “Camacho, Camacho”, cantaban los seguidores del único candidato cruceño. 

Con una camisa celeste manga corta, resaltaba de su entorno, predominantemente blanco. Luego de un mensaje corto felicitó a sus parlamentarios y al pueblo. Se le preguntó por los resultados de conteo rápido que dan a Arce como presidente. “Nosotros aprendimos a luchar. El declinar sin una respuesta formal es de cobardes, acá no hay cobardes”, sentenció.

Los argumentos de Mesa

Tanto el exlíder cívico como el expresidente se fueron a dormir el domingo sin dar una declaración sobre la votación y mucho menos sobre la proyección de resultados finales, así que su comparecencia ante los medios concitaba bastante expectativas. 

Más que conferencia de prensa fue una declaración en la que no se permitieron preguntas, en el caso de Mesa, y en la que Camacho respondió solo una antes de retirarse.

Mesa estuvo acompañado de su candidato a la vicepresidencia, Gustavo Pedraza y lo primero que hizo fue reconocer los resultados electorales. “Es un resultado que aceptamos y que consideramos que, dada la distancia entre primero y segundo, no va a modificarse”, dijo, aunque aclaró que espera que cierre el cómputo oficial para efectos de la conformación de la Asamblea Legislativa.

Luego explicó que el pueblo boliviano había encomendado un mandato en las urnas y en su caso era ser la cabeza de la oposición democrática en el periodo 20-25. Dijo que cumplirá el papel con claridad, consciencia y responsabilidad. “Somos la cabeza de la oposición y actuaremos como tal”, aseguró.

La semana previa a la elección, Sebastián Michel, vocero de campaña del Movimiento Al Socialismo aseguró que en la bancada del CC había muchos miembros que comparten la visión de país de su partido que se recurriría a ellos para formar dos tercios cuando sea necesario. 

La senadora masista Adriana Salvatierra explicó que se necesitan dos tercios en senadores para, por ejemplo, designar embajadores, o las autoridades de los otros poderes, como miembros de los cuatro tribunales de Órgano Judicial, Fiscal general del Estado, directores de la Aduana y otras empresas estratégicas del Estado, por lo que habrá mucha negociación en la próxima asamblea.

Mesa, por su parte, habló ayer de que su intención es construir un sistema democrático en el que la oposición tenga una voz con iniciativa. Dijo que aún piensa que Comunidad Ciudadana presentó el mejor programa de Gobierno y que vigilará que se resuelvan las crisis de salud, económica y de corrupción.

“Ser oposición implica tener una posición muy firme, para llevar adelante los objetivos de la sociedad boliviana. Esperamos que nuestra tarea sea una tarea que esté a la altura del desafío que el pueblo nos ha dado. 

Estamos tan firmes o más firmes que el primer día. Tanto Gustavo como yo tenemos la certeza de que aquí no se termina el camino, que tenemos las fuerzas para llevarlo adelante. Este no es el tiempo para mirar hacia abajo ni para sentirse triste”, aseguró.

Puso como objetivo de su rol como opositor garantizar la independencia de poderes, la alternancia de poder y la construcción de espacios democráticos.

“Es el pueblo el que define con sabiduría el destino que quiere. Ojalá que todos, gobernantes y miembros de la oposición, estemos a la altura de este importantísimo desafío que tiene Bolivia, Bolivia va a encarar a partir del nuevo gobierno uno de los momentos más duros de su historia. Seamos capaces de responder con fortaleza a la parte que a cada uno le toca”, concluyó.

En Santa Cruz

De cierta forma, Camacho también se asume a sí mismo como opositor. Al comenzar su discurso agradeció a los candidatos a senadores y diputados de todo el país. Luego les dijo a sus aliados que la lucha no había sido en vano y que continuaba, y finalmente agradeció a los bolivianos y, en especial, a los cruceños, por haber demostrado “tener la dignidad y la decencia de votar con convicción”.

“Santa Cruz ha elegido a grandes hombres como parlamentarios y esa decencia, esa dignidad por la que han votado, les aseguro, que nunca vamos a negociar esos principios, esos valores y esos sueños de nuestro departamento. Por primera vez en la historia va a tener una bancada digna representante del pueblo cruceño. Confíen en nosotros”, arengó.

Camacho no se refirió a los parlamentarios que consiguió en Beni y Pando, donde tendrá dos senadores y algún diputado más. Dijo que se sentía orgulloso de ser boliviano y felicitó al pueblo por ir a votar de manera pacífica. Fue ahí cuando anunció que esperaría los resultados finales del cómputo para dar la posición de Creemos frente al Tribunal Supremo Electoral.

Adelantó que ha dado señales de incertidumbre. “Pedirle al pueblo boliviano que mantenga la calma, la fe y la esperanza. Aún tenemos que terminar lo que empezamos. Dios bendiga a Bolivia y a los bolivianos”, dijo.

Contrapunto

Para el MAS, quedó claro que ganó la estrategia de enfocar la campaña en la crisis económica y no así en el regreso o no de Evo Morales al país o el MAS al Gobierno. “La gente sabe que el odio no da de comer, que la polarización con el MAS no resuelve los problemas del país”, dijo la senadora Salvatierra.

Consultada si Camacho encarna la oposición oriental que alguna vez el Gobierno de Morales tuvo en la media luna, Salvatierra asegura que el postulante de Creemos carece de una bandera como la autonomía, que era lo que se contraponía al modelo de Estado plurinacional que proponía el MAS.

Eso sí, Salvatierra reconoce que fue en Santa Cruz donde se inició la revuelta que acabó con Morales fuera del Gobierno y propone dialogar con la institucionalidad cruceña y hacer que se reconozca que el MAS tiene una base política importante en Santa Cruz y que no se puede tomar decisiones sin ellos.

“Me quedan dudas de que ahí (en Camacho) resida una proyecto político que logre ofrecer una transformación efectiva al país”, dijo la senadora.

Hasta la semana pasada, Camacho fue el foco de atención del MAS y el objeto de su polarización. Los analistas veían en ese ataque un afán de consolidar en él un voto anti-MAS, para evitar que el voto útil a favor de Mesa alce vuelo en tierras grigotanas.

Los errores del bloque antimasista estuvieron más allá de la falta de unidad, según los analistas
Para Daniel Valverde, director del Observatorio Político Nacional, y Marcelo Arequipa, doctor en Ciencias Políticas, no fue solo la falta de unidad en un solo bloque lo que posibilitó que el MAS ganara con mayoría absoluta, sino errores tácticos de las campañas opositoras, la gestión del Gobierno de Jeanine Áñez y la falta de cercanía con la población.

Para Valverde, la campaña de los candidatos opositores fue errática, No se conectaron con la población que buscaba esperanzas y respuestas ante la crisis económica.

Para el catedrático de la Gabriel René Moreno, a Comunidad Ciudadana le hizo mucho daño haberse pegado al Gobierno en la recta final de la campaña, justo cuando el “gobierno era repulsivo y la gente no quería el autoritarismo del MAS, pero tampoco el del Gobierno”.

Arequipa apunta además que en el bloque antimasistas ninguno se ha querido hacer cargo de sus propias responsabilidades y hay una falta de lecturas autocríticas. “Ahora buscan quién tiene la culpa entre ellos, pero ni siquiera uniéndose hubieran podido ganar la elección. Tenemos que desechar del todo la idea que la suma de las voluntades políticas será igual al éxito. El voto se lo gana seduciendo a las personas, saliendo a hacer campaña. No se lo va a ganar teniendo una distancia larga con la población”, criticó.

Valverde coincidió con Arequipa y añadió que vio un bloque antimasista que se dedicó a hablar de los 14 años del Gobierno de Evo Morales, pero se olvidó de vender su propuesta. Esa crítica la acentúa sobre Carlos Mesa, a quien vio presionado por este discurso y dejó de hacer lo que debía para ganar la elección, que era justamente seducir al ciudadano.

“Camacho tiene un manejo limitado de la administración pública, porque no maneja datos ni tiene experiencia. Además, algunos de sus seguidores, por las caravanas, creían que los autos votaban y que iban a dar la sorpresa. La suya fue una campaña de la euforia”, apunta Valverde.

Consultado sobre los ataques de Demócratas a Camacho, al que acusan de fanatizar el voto y culpan de la derrota del bloque antimasista, Valverde opina que hay un vacío de poder actualmente en Santa Cruz por la retirada de liderazgos hegemónicos como los de Percy Fernández en la Alcaldía y Rubén Costas, en la Gobernación. “Para llenarlo, tendrán que pensar qué Santa Cruz representa y organizar un proyecto político con dimensión nacional”, dijo.