Hay lugares donde se complica más y se ha tenido que recurrir a iglesias, restaurantes y centros de convenciones como recinto electoral. Madrid es un foco especial porque dictó estado de alarma. Se quejan de falta de información

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13 de octubre de 2020, 11:24 AM
13 de octubre de 2020, 11:24 AM

El próximo domingo, poco más de 7,3 millones de bolivianos están convocados a votar en las elecciones generales. De ellos, 301.631 están más allá de las fronteras patrias distribuidos en 30 países. Según Francisco Vargas, vocal del Tribunal Supremo electoral, se han hecho todas las gestiones para garantizar el voto en cada uno de estos países, aunque reconoce que aún hay problemas en algunos municipios en los que se tramita el permiso para realizar la votación.

El coronavirus ha hecho del voto en el extranjero un reto aún mayor y ya han despegado todas las maletas electorales a su destino y se espera que hasta el martes se encuentren en cada uno de los países donde será la elección.

Construir la logística para recibir el voto de los bolivianos en otros países no ha sido fácil. 

En algunos lugares, como en Estados Unidos, donde las escuelas están cerradas por el coronavirus, se ha tenido que recurrir a iglesias, restaurantes o centros de eventos para no negarle a los bolivianos su derecho al voto. 

Según Sandro Ibáñez, residente boliviano en Virginia, la información de los recintos ya ha circulado para los bolivianos de Washington, Arlington y Virginia, aunque la expectativa por ir a votar es media. También tiene entendido que se han solucionado los problemas en ciudades como Nueva York y que los jurados electorales fueron contactados para capacitarlos.

En camino

Las maletas electorales para los dos principales centros de votación de bolivianos en el exterior, Argentina y Brasil, ya se despacharon el jueves y viernes de la semana pasada. Vargas explica que ahora se abocarán realizar una campaña de información aunque aún deben ver, por ejemplo, el alcance del confinamiento en Madrid y si va a perjudicar a la votación de los bolivianos.

De momento, parece que se podrá votar en la capital española. Una fuente consultada explicó que no se impide la movilización de personas dentro del mismo municipio.

En otras ciudades de España, como Barcelona, incluso hay campaña callejera. Shirley Salazar, delegada de Comunidad Ciudadana en la ciudad de Gaudí, contó que su alianza cerró campaña a pocos metros de donde Creemos también hacía lo propio y a unas pocas cuadras de donde el MAS celebraba un acto proselitista. Explica que en Barcelona está todo listo para votar y la gente está motivada para hacerlo.

No pasa lo mismo en Madrid, donde el coronavirus golpea más fuerte e incluso los oficinistas bolivianos combinan una semana de teletrabajo en casa con otra de trabajo presencial.

En Argentina, país que concentra casi a la mitad de los votantes en el exterior con 142.000 habilitados, Vargas explica que se está coordinando con el órgano electoral de ese país para llevar con éxito las elecciones y que incluso se han registrado veedores para los comicios en Argentina, Brasil y Chile.

Pero en Argentina, al ser una comunidad tan grande, falta información. Así lo reclamó Jeannette Nava Flores, periodista boliviana afincada en Buenos Aires. Explicó que en Tucumán, por ejemplo, persiste la incertidumbre y que recién esta semana esa misma duda se disipó en Córdoba.

Trago difícil

“Aquí hay una situación un poco complicada”, dice Nava, “la lectura del TSE es que todo está bien, pero acá la lectura de muchos medios es que no hay información como la hubo en otros años”, dice.

Añade que el Consulado de Bolivia en Buenos Aires se ha visto colmado de personas que quieren renovar su carné y, por la crisis sanitaria, ha restringido sus horarios de atención. “El ánimo en general varía dependiendo de la zona en la que vivas. Por Ezeiza, por ejemplo, es muy mínimo, en cambio, en Celina, es mucho más grande”, cuenta.

Celina es Villa Celina, un barrio porteño que tiene en su vientre a La Pequeña Cochabamba, un barrio eminentemente comercial y de textileros con gran peso en la colectividad boliviana.

Consultada sobre los buses que han salido desde el consulado argentino rumbo a Bolivia, Nava explica que no tienen que ver con la votación, sino con la pobreza. Cuenta que en su mayoría son personas que se quedaron varados en Buenos Aires con la pandemia, trabajadores golondrina que fueron a Argentina por la cosecha y que no solo no pudieron volver, sino que ahora regresan con la familia que ya se había afincado en Argentina.

Nava explica que el comercio, la agricultura y el rubro textil son de los más golpeados por la crisis del coronavirus y son esos sectores los que más emplean a bolivianos.

“Está muy complicado vivir en Buenos Aires. Los que están volviendo a Bolivia son los trabajadores golondrinas que vinieron a cosechar uvas en Mendoza o a criar ovejas en la Patagonia. Esa gente fue pillada por la pandemia y ha decidido regresar. Es el consulado el que maneja esos buses”, explica Nava. Añade que no cree que la movilización sea electoral, ya que esas personas tendrán que esperar a que el Gobierno argentino reabra sus fronteras si quieren regresar.

Trámite local

En lo que respecta al material para las elecciones en Bolivia, ya todo fue distribuido a los tribunales electorales departamentales. Según el vocal Vargas, están en estos momentos elaborando las maletas de votación, que deben llegar a cada zona 48 horas antes de los comicios.

Además de eso, los tribunales deben extremar esfuerzos en la pedagogía del voto, del sistema de Difusión de Resultados Preliminares (Direpre, que sustituye al TREP), y de cómo se realizarán los cómputos.

Para ello, el viernes y sábado últimos se realizaron simulacros de los dos sistemas con delegados de los partidos que participan de las elecciones. Se tiene previsto comenzar a publicar los resultados del Direpre a las 18:00, es decir, una hora después del cierre de las mesas.

Vargas explicó que hay muchas misiones de observación, entre grandes y pequeñas, locales y extranjeras y que para coordinarlas mejor, el viernes se hará una reunión con ellas en las que se explicará todo el proceso.