Versiones políticas y de analistas coinciden en que son hasta dos promociones. El mando lo asumen generales de brigada y dejan de lado a los de división y de fuerza. Los cambios fueron sorpresivos. Algunos analistas comparan este hecho con lo ocurrido durante la primera gestión de Evo

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31 de diciembre de 2020, 13:21 PM
31 de diciembre de 2020, 13:21 PM


Es un hecho que la promoción 1988 quedó relegada tras el cambio del Mando Militar que realizó el martes por la noche el presidente Luis Arce. Sin embargo, otras fuentes políticas y analistas militares aseguran que fueron desplazadas al menos dos promociones.

El senador del MAS, Félix Ajpi, respondió que los cambios son decisión del presidente Arce, y que no tienen intención de relegar a nadie. “Pero, como yo aprendí en el cuartel, las órdenes deben cumplirse”, manifestó el asambleísta.

El general del Ejército en retiro Tomás Peña y Lillo aseguró que el cambio fue sorpresivo, porque no es normal que un mando no dure más de mes y medio. “O ya estaba previsto, o al Gobierno no le gustó algo del Alto Mando”.

Subió la promoción 89. “Por este motivo, le puedo asegurar que los mandos del Estado Mayor y de las divisiones tendrán el grado de coronel”, aseveró. Este hecho generará mucho descontento con quienes estuvieron al mando solo por un mes. “Las FFAA requieren de estabilidad, no de ser cambiadas a cada rato”, dijo.

El cambio se produjo, según el militar retirado, para que los nuevos mandos ejecuten rápidamente la orden de destinos los primeros días de enero. Además, otras fuentes de militares en ejercicio, que prefirieron no ser identificados señalaron que el Gobierno saltó la promoción 1988, porque quienes dirigían las unidades militares que salieron a las calles por órdenes de la expresidenta Jeanine Áñez y del exministro de Defensa, pertenecían a la misma promoción.

Por su parte, el especialista en defensa y FFAA, Samuel Montaño, asegura que Arce dejó de lado al menos dos promociones de egresados de la escuela de oficiales.

“El Alto Mando saliente y el posesionado fueron conformados por generales de brigada. Un comandante en jefe debe pasar por los grados de general de división y de fuerza”, explicó el especialista.

Advirtió de que el presidente Arce procedió de la misma manera que lo hizo Evo Morales en 2006, cuando dos promociones de generales fueron pasadas al retiro por el caso de misiles chinos.

El análisis de Montaño fue más allá. Su tesis es que la victoria del MAS incomodó a los gobiernos de EEUU y de algunos países de Europa. “El triunfo de Arce le generó a la Casa Blanca dos problemas: fortaleció al gobierno del presidente venezolano Nicolás Maduro. Y segundo, vía Brasil, la gestión de Donald Trump buscaba ponerle freno a Argentina”.

Por sus datos, personal militar de EEUU, de Inglaterra y de Brasil, visitó a los mandos militares en Bolivia y lo hicieron de forma recurrente. Estas simpatías llegaron a oídos del Gobierno y de Evo Morales, y fueron interpretadas como ‘movimientos desestabilizadores’ con apoyo de fuerzas extranjeras”.

Por esto, se agilizaron los cambios. “Hay una corriente muy fuerte en contra del MAS al interior de las FFAA. Molesta la forma en la que se llevan adelante las investigaciones de los hechos del año pasado, critican la purga a los generales de división, que fueron relegados por participar desde las unidades militares en el proceso y ven que el objetivo del Gobierno es reducir a las FFAA a la mínima expresión”, aseveró.

El analista aseguró que Arce se meterá “en problemas porque hay signos de que las FFAA pueden tomar medidas. Cambió el Alto Mando, porque no confiaba en el anterior, lo que demuestra que existe malestar interno”.

César Vallejos, el nuevo comandante en jefe, se comprometió a contribuir con el esclarecimiento de los hechos ocurridos en octubre y noviembre del año pasado y a dar con los responsables de los mismos. Además, manifestó abiertamente su simpatía con el proceso de nacionalización realizado en la gestión de Evo.

Peña y Lillo consideró que el comandante en jefe cometió un gran error al parcializarse con el Gobierno. “El militar no se debe a un Gobierno, sino a su institución y a su patria. Es algo que el MAS debe entender y no lo hace”, puntualizó.