Los temas conductores en las sesiones iniciales de la Asamblea de NNUU han sido superar la pandemia de un modo económico y ambientalmente más equilibrado y contar con una diplomacia que apuntale el multilateralismo

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23 de septiembre de 2021, 11:32 AM
23 de septiembre de 2021, 11:32 AM

Por Agencia IPS

Superar la pandemia covid-19 de un modo económico y ambientalmente más equilibrado, y contar con una diplomacia que apuntale el multilateralismo, han sido los temas conductores en las sesiones iniciales de la semana de alto nivel de la 76 Asamblea General de las Naciones Unidas este septiembre.

El presidente de Brasil –país que desde 1955 abre cada año el debate general-, Jair Bolsonaro, reclamó el martes 21 que las naciones industrializadas “cumplan efectivamente sus compromisos de financiación climática en volúmenes relevantes”, al presentar logros brasileños en la preservación ambiental de la Amazonia.

Bolsonaro dijo que “el futuro de los empleos verdes está en Brasil a través de las energías renovables, la agricultura sostenible, la industria de bajas emisiones (de gases de efecto invernadero), el saneamiento básico, el tratamiento de residuos y el turismo”, y recordó el papel de su país como gran productor de alimentos.

También recordó la participación brasileña en misiones de la ONU para el mantenimiento de la paz “desde Suez hasta el Congo, pasando por Haití y el Líbano”, así como la acogida que ha brindado a refugiados y migrantes del mundo, entre ellos 400.000 venezolanos.

El secretario general de la ONU, António Guterres, presentó una suerte de memorial de los agravios contra el planeta, el cual “nunca ha estado más amenazado, o más dividido”, con la paz frustrada en varias regiones, golpeado por la crisis climática, en tanto que la pandemia “ha sobredimensionado las flagrantes desigualdades”.

“Los problemas que hemos creado son problemas que podemos resolver. Pero solo unidos a través de la solidaridad y el multilateralismo”, aunque “el sistema multilateral actual es demasiado limitado en sus instrumentos y capacidades… está demasiado fijado en el corto plazo”, dio Guterres.

En su primera intervención como presidente de Estados Unidos ante la Asamblea General, Joe Biden dijo que el mundo está en una década decisiva en la que Washington apostará por una “diplomacia implacable”

“Nuestra seguridad, prosperidad y la propia libertad están interconectadas”, dijo Biden, y colocó como ejemplos de su apuesta por el multilateralismo en la donación de vacunas contra el covid a través del mecanismo multilateral Covax, y la reincorporación de su país al Acuerdo de París contra el cambio climático.

Además, anunció que en 2022 volverán a buscar un asiento Consejo de Derechos Humanos de la ONU, del que se retiró el Gobierno de su predecesor, Donald Trump (2017-enero 2021).

Sin nombrar a otras potencias mundiales, Biden tendió la mano al diálogo y aseguró que “no buscamos una nueva Guerra Fría. Estados Unidos está listo para trabajar con cualquier nación que dé un paso adelante y busque la resolución pacífica de desafíos compartidos, aunque tengamos profundas discrepancias en otros asuntos”.

También justificó la retirada de tropas estadounidenses de Afganistán, donde combatieron durante dos décadas, y en su defensa de la democracia frente al autoritarismo elogió “a quienes están en primera línea de esta lucha en Bielorrusia, Birmania, Siria, Cuba, Venezuela y en todas partes”.

El presidente chino Xi Jingping, en un mensaje pregrabado en video, dijo que su país tratará de producir 2.000 millones de dosis de vacunas anticovid este año, donar 100 millones, y reiteró el propósito de alcanzar la neutralidad de carbono (equilibrar emisión y captura de gases de efecto invernadero) para el año 2060.

En favor del multilateralismo instó a los líderes mundiales a “promover el respeto mutuo y rechazar la formación de pequeños círculos o juegos de suma cero”, y planteó la necesidad de fomentar asociaciones de desarrollo global más equitativas y equilibradas, acelerando la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de la ONU.

Sobre la democracia sostuvo que “no es un derecho especial reservado a un país individual, sino uno del que pueden disfrutar los pueblos de todos los países”, y consideró demostrado que “la intervención militar exterior y la llamada transformación democrática no conllevan más que daños”.

Desde América Latina han intervenido también –apelando al esquema híbrido que estableció la Asamblea este año, al combinar discursos presenciales con los enviados por vídeo- los mandatarios de Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador y Perú.

El colombiano Iván Duque sostuvo que el cumplimiento de las metas climáticas trazadas en el marco de la ONU es complicado debido al “limitado espacio fiscal” provocado por la pandemia en los países del Sur.

Por ello, propuso que durante un cierto periodo y con apoyo del Fondo Monetario Internacional “se establezca una regla a partir de la cual todos los gastos e inversiones de acción climática estructural puedan situarse por fuera de la línea tradicional de medición del déficit fiscal”, en favor de las economías en desarrollo.

Trató también la lucha contra el narcotráfico y aseguró que en Colombia “más coca significa menos paz y menos medioambiente. Cada gramo de coca consumido en las naciones que activan la demanda significa un homicidio y un ecocidio”.

El chileno Sebastián Piñera expuso que aparte de sufrir razones endémicas como la pobreza y la desigualdad, y afecciones como la covid, las sociedades de América Latina padecen enfermedades “tóxicas y letales” como son “el virus del populismo, el cáncer de la polarización y la peste de la fragmentación política”.

Alertó que el cambio climático “no ha estado en cuarentena” durante la pandemia, y su avance continúa más rápido, con efectos más graves de los esperados y con algunas de sus consecuencias ya irreversibles.

Por ello afirmó que llegó “el momento de pasar a la acción “con firme voluntad y sentido de urgencia”, ya que las generaciones actuales son las últimas que pueden evitar que la crisis climática termine en “un apocalipsis medioambiental”.

Carlos Alvarado, de Costa Rica, criticó la “abismal y trágica” desigualdad en la distribución de vacunas anticovid en el mundo, y destacó que “irónicamente” los países que menos carbono general son los más afectados por la crisis climática, como es el caso de los de América Central.

Suscribió la advertencia del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, la cual indica que si las emisiones siguen creciendo al ritmo actual, a finales de este siglo la temperatura del planeta aumentaría en 4,4 grados centígrados, “multiplicando la fuerza y frecuencia de los fenómenos extremos”.

Deploró como “absurdo” que, mientras las crisis de salud y ambiente tienen bajo asedio al planeta, se incremente el gasto militar global y añadió que “el futuro nos grita ¡Menos armamento militar, más inversión en paz!”.

Guillermo Lasso puso a Ecuador como ejemplo de cooperación en el marco del multilateralismo, al recibir vacunas contra el covid de Estados Unidos y China, con lo que ha podido encarar la pandemia en su país, uno de los más afectados por la pandemia en la región a lo largo de 2020.

Finalmente, Pedro Castillo, de Perú, reiteró el compromiso de su país para convertirse en 2050 en uno neutral en carbono, y se sumó a los reclamos para que “los países que más contribuyen al calentamiento de la Tierra cumplan las obligaciones que han asumido”.