Cada año en el mundo se arrojan a vertederos más de 900 millones de toneladas de alimentos

28 de septiembre de 2021, 11:34 AM
28 de septiembre de 2021, 11:34 AM

La Cumbre sobre los Sistemas Alimentarios, que reunió planteamientos de líderes, empresarios, académicos, productores, consumidores y ambientalistas resumió en cinco propuestas el objetivo de que todos los habitantes del planeta dispongan de alimentos suficientes y saludables.

“Debemos construir un mundo en el que haya alimentos saludables y nutritivos disponibles y asequibles para todos, en todas partes. Pero esto no debe ser a costa de la naturaleza”, resumió el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, principal impulsor desde hace dos años de este foro cimero, realizado en forma virtual.

Desde entonces, en 148 países y en todas las regiones se efectuaron más de 600 encuentros, con participación de unas 45 000 personas, para actualizar propuestas encaminadas a disponer de sistemas alimentarios sostenibles, registró la cumbre completada bajo el paraguas de la semana de alto nivel de la 76 Asamblea General de la ONU, inaugurada el martes 21.

El primero de los objetivos es garantizar el acceso a alimentos sanos y nutritivos para todos, y el segundo adoptar modalidades de consumo sostenibles, tras informes según los cuales padecen hambre 811 millones de los 7800 millones de habitantes del planeta, y a la vez 1900 millones presentan sobrepeso.

“Los más vulnerables sufren, no porque los alimentos escaseen (el mundo produce lo suficiente para alimentar a todas las personas), sino por factores políticos y logísticos que hacen que sea demasiado caro o difícil de conseguirlos”, apuntó un informe presentado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

De su lado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzó una coalición –de Estados, sector privado y entes multilaterales- para promover dietas saludables, con producción sostenible de alimentos nutritivos, mejor transporte, almacenaje y distribución, y “valoración de la comida” por parte de las familias consumidoras.

Cada año en el mundo se arrojan a vertederos más de 900 millones de toneladas de alimentos.

Una tercera conclusión de la cumbre es impulsar la producción favorable a la naturaleza, sobre la base de estudios y debates acerca del impacto sobre el ambiente y el clima de la agricultura, la ganadería y la actividad pesquera.

Guterres, quien ha pedido “acabar la guerra con el planeta”, recordó al papel de los sistemas alimentarios en el calentamiento de la Tierra, al producir un tercio de las emisiones de gases de efecto invernadero, además de ser responsables de 80 por ciento de la pérdida de biodiversidad.

Otros dos propósitos acogidos en la cumbre fueron la promoción de medios de vida equitativos, y crear resiliencia ante las vulnerabilidades y tensiones.

En la promoción de medios de vida equitativos Guterres incluyó una defensa de los productores agrícolas y de los trabajadores del transporte y distribución, en particular de los “héroes de estos 18 meses” de pandemia, quienes han laborado para llevar los alimentos hasta los mercados y los hogares.

“Estos hombres y mujeres han sido los héroes olvidados de los últimos 18 meses. Con demasiada frecuencia, son trabajadores mal pagados, incluso explotados, y para cambiar esta situación hace falta reevaluar el enfoque de los subsidios agrícolas y el apoyo al empleo para esos trabajadores”, expresó el secretario general.

Estudios de agencias de la ONU han indicado que de los 540 mil millones de dólares gastados cada año en subsidios agrícolas, 87 por ciento provocan distorsiones en los precios y fomentan prácticas que dañan el ambiente, y benefician sobre todo a los grandes productores, a expensas de los pequeños agricultores.

Los pequeños productores rurales que trabajan en explotaciones de menos de dos hectáreas producen un tercio de los alimentos que se consumen en todo el mundo, y hasta 80 por ciento en regiones de África y Asia.

La quinta coincidencia registrada en la cumbre es la de crear resiliencia ante vulnerabilidades y tensiones, que van desde desastres naturales como inundaciones y sequías prolongadas, hasta la persistencia de plagas como las langostas africanas.

Otros fardos son los conflictos armados, que fuerzan el desplazamiento de cultivadores y pastores en áreas del planeta donde la pobreza es crónica, y los bruscos altibajos en los precios de los alimentos causados por choques como el que significó la crisis desatada por la covid-19.

“Los sistemas alimentarios tienen un poder increíble para acabar con el hambre, construir vidas más saludables y sostener nuestro hermoso planeta”, recogió a modo de síntesis Agnes Kalibata, enviada especial del secretario general para la Cumbre sobre los Sistemas Alimentarios.


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