Hace cuatro décadas fallecía el músico jamaiquino. Sus canciones no solo siguen siendo escuchadas en todo el mundo. También son poderosos himnos de protesta

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23 de mayo de 2021, 8:33 AM
23 de mayo de 2021, 8:33 AM

Las cuatro décadas desde que Bob Marley, ícono del reggae, muriera a los 36 años, víctima de un cáncer de piel, han pasado sin que su recuerdo envejeciera. Todo lo contrario, su figura parece crecer cada día más, no solo no solo como leyenda e ícono del reggae, sino también con sus canciones que sirven de himnos a las protestas raciales y las que proclaman igualdad en diversas partes del mundo. Desde las protestas en Chile hasta las de Estados Unidos.

A pesar del tiempo transcurrido, Marley sigue siendo la voz de los desposeídos, y perduran el espíritu de protesta y la moral de sus canciones, como One Love, Redemption Song y I Shot The Sheriff.

”Se dice que las estrellas que más brillan a veces no arden tanto tiempo y, en gran parte, Bob Marley fue nuestra estrella más brillante; logró mucho en un corto período de tiempo”, dijo Judy Mowatt, miembro original del influyente trío I -Threes, cuyas voces acompañaron a Marley.

“Mirando hacia atrás ahora, creo que en muchos sentidos, se adelantó a su tiempo”, dijo Mowat.
“Sus palabras han sido proféticas, era un hombre que creía en todo lo que cantaba, no eran solo letras y música”.
 
El dinero y la vida

A Marley le diagnosticaron un melanoma lentiginoso acral debajo de la uña del pie cuando sufrió una lesión jugando al fútbol en 1977.

Rechazó las recomendaciones de los médicos de amputar el dedo afectado, un procedimiento que violaba su férrea fe rastafari.

Mientras estaba en Nueva York en 1980 para realizar dos actuaciones en el Madison Square Garden, Marley se derrumbó mientras corría en Central Park.
Fue ingresado de urgencia en un hospital, donde los médicos descubrieron que el cáncer se había extendido al cerebro, a los pulmones y el hígado.

Marley actuó por última vez en Pittsburgh, el 23 de septiembre de 1980. No mucho después, acortó su gira y se sometió a meses de tratamiento alternativo contra el cáncer en Alemania.

De camino a su casa en Jamaica para recibir uno de los premios más importantes de su país, la Orden del Mérito, el estado de Marley empeoró. Aterrizó en Miami para buscar tratamiento de emergencia.
“El dinero no puede comprar la vida”, le dijo -según trascendió- a su hijo Ziggy desde la cama del hospital antes de su muerte el 11 de mayo de 1981.
 
La simpleza de Marley

¿Qué ha hecho que la música de Bob Marley se establezca tan profundamente en todo el mundo?, se preguntaba hace unos años la periodista británica y amiga personal de Marley, Viviene Goldam. “Puede haber una tendencia a que los artistas se vuelvan didácticos, esforzándose en su letanía de contar problemas sociales. Ese nunca fue el estilo de Marley. Estaba orgulloso del sonido de su guitarra rítmica, pero fue su habilidad para endulzar los comunicados de primera línea más duros con melodías pegajosas, lo que es posiblemente su esencia creativa” explica Goldman.

“Como me explicó una vez, Marley quería hacer su música tan simple que un niño pudiera cantarla. Sobre todo, Marley efectuó un giro cultural triunfal, fundado en la verdad política, pero también en la voluntad y la visión. Él fue un líder entre los artistas rasta que investigaron minuciosamente y reconstruyeron su pasado oculto y lo comunicaron en la música con tanta eficacia que se convirtió en la nueva ortodoxia, ciertamente en lo que respecta a la representación cultural oficial de la isla, que se han vuelto cruciales para la marca de Jamaica”, cuenta la periodista y agrega; “aunque se han esforzado por quitarle el colmillo al león, al centrarse en los que más complacen a la multitud, su compromiso con el que sufre y la confrontación inquebrantable de las verdades desagradables tal como las veía son cada vez más necesarias”.