19 de octubre de 2020, 5:00 AM
19 de octubre de 2020, 5:00 AM

Bolivia vivió ayer una inusual jornada electoral caracterizada por la tranquilidad en el acto mismo del voto, de mucho respeto entre los electores, de ausencia de cualquier tipo de confrontación o violencia entre ciudadanos, pero de mucha incertidumbre en la noche, cuando ya la votación había terminado y había llegado la hora de conocer quién ganó la elección. 

Pero finalmente cuando la espera terminó, pasada la medianoche, el país conoció al ganador con una victoria contundente e incuestionable: Luis Arce Catacora, del Movimiento Al Socialismo, con el 53 por ciento, según el conteo rápido de la Alianza ‘Tu voto cuenta’, y 52, 4 según la empresa CiesMori. 

En segundo lugar aparece el candidato Carlos Mesa, de Comunidad Ciudadana, con el 30,8 por ciento según ‘Tu voto cuenta’ y un 31,5 por ciento según Ciesmori. 

En tercera posición aparece el candidato Luis Fernando Camacho, de Creemos, con 14,1 por ciento en ambos estudios. 

Con esos resultados, que si bien son no oficiales –los oficiales se conocerán del conteo del Órgano Electoral Plurinacional en los próximos cuatro o cinco días prácticamente no habrá nada que objetar y el voto habrá elegido en primera vuelta al exministro de Economía de Evo Morales como nuevo presidente de Bolivia. 

La aplastante victoria del candidato del MAS hizo prácticamente irrelevante la polémica que el país sostenía hasta ese momento por la demora en la difusión de los resultados de boca de urna o conteo rápido de empresas e instituciones, que en la reciente tradición democrática boliviana habían acostumbrado al país a recibir esa información a las 20:00 horas del día de la elección. 

El caso es que después de medianoche se conoció el mandato del pueblo, que en democracia elige con mayorías, y su voz mandó entregar la Presidencia al hombre que condujo el destino de la economía del país casi durante todos los años de gobierno de Morales, con excepción de unos meses en que Arce tuvo que abandonar esa función para someterse a un tratamiento médico en Brasil. 

Mucho se tendrá que analizar después de este día histórico, entre otras cosas, el papel y la decisión de los partidos oponentes al MAS de concurrir a las elecciones en forma fragmentada, pero por hoy la noticia es el fenómeno del que el país y la región hablarán bastante: el retorno del MAS al poder por la vía de las urnas y por un porcentaje superior al 50 por ciento. 

En su primera intervención pública después de conocidos esos resultados no oficiales, Luis Arce dijo que gobernará para todos los bolivianos y que construirá un gobierno de unidad nacional, dos conceptos que estuvieron ausentes en el discurso del expresidente de su mismo partido, Evo Morales. Pero también Arce dijo: “Hoy hemos recuperado la democracia”, en clara alusión al mensaje que durante estos meses sostuvo su partido, que consideró como un golpe de Estado el cambio de gobierno producido en noviembre del año pasado, cuando todos saben que no fue así. 

Esas tres frases probablemente definirán el estilo de gobierno de Luis Arce, que quizá combinará una necesaria renovación de discurso y políticas hacia una lógica más inclusiva, hasta ahora excluyentes y promotoras de la división entre bolivianos, con una presión del ala más radical de su partido que el nuevo presidente tendrá que administrar. Eso, el tiempo lo dirá.

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