7 de abril de 2023, 4:00 AM
7 de abril de 2023, 4:00 AM


Han pasado más de dos mil años de la existencia de un personaje influyente en la historia de la humanidad, su vida conocida por miles de millones y desconocidas aun por muchos, es referencia en la conciencia del colectivo, tal personaje es JESUCRISTO; uno de los episodios significativos fue el sufrimiento que padeció por proclamar un amor Divino incomprendido para los líderes religiosos de la época, llevándolo al sufrimiento injusto y malicioso de los poderosos del momento, tanto del imperio romano como de la casta religiosa judía; al morir Jesús de Nazaret se convirtió con el tiempo en el arquetipo de la persona que sufre como parte de las injusticia del sistema o de los poderosos.

Partiendo de lo anterior, van existiendo nuevos crucificados en el mundo actual se pueden describir de manera general los sufrientes en las guerras de Medio Oriente y Ucrania; los niños, niñas y mujeres que padecen abusos sexuales y violencia: los migrantes de diferentes lugares del mundo que experimentan el dolor de dejar sus tierras y el desprecio de algunos lugares donde quieren llegar; los perseguidos por ideas distintas. Se puede evidenciar que, aunque no se aplique la crucifixión al estilo de la época romana, parte de la humanidad aplica métodos igual de crueles, para silenciar a aquellos que difieren del sistema y los poderosos.

Así mismo, cada uno de nosotros tenemos a conocidos, familiares y amigos que están siendo crucificados, describo dos personas resguardando sus nombres que han sido crucificadas por el sistema; una de ellas vivió la muerte de su hijo en sus brazos como consecuencia de falta de medicamentos y sala de terapia intensiva en el hospital porque se habían robado el dinero; y la otra persona, es otra madre que mantiene a sus cuatro hijos vendiendo deambulando en la calle, mientras que el padre de los chicos le pasa algo de dinero cuando puede o (quiere); cuando ella acude a la justicia el padecimiento se agranda, porque el sistema judicial al parecer está diseñado para que la víctima siga sufriendo, en cambio el victimario goza de beneficios fuera de lugar. 

La pregunta que surge ¿qué hacer antes esos crucificados?, la respuesta no es fácil de descifrar, pero lo que sí se puede hacer es acompañarlos como lo hizo el Cirineo con Jesús, que le ayudó a llevar su cruz, o como María la madre de Jesús, que estuvo presente en el dolor para que el padecimiento de su hijo fuese más llevadero.

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