El avión Constellation ubicado en el primer anillo, en la zona más conocida como la del ‘Avión Pirata’ es un referente de la capital cruceña. Distintas propuestas han tratado de revitalizar el lugar sin éxito. Una nueva propuesta surge para hacer un nuevo intento

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29 de junio de 2022, 8:20 AM
29 de junio de 2022, 8:20 AM


Una foto con cierta espectacularidad apareció en los medios en septiembre del año pasado. En ella se veía al alcalde cruceño, Jhonny Fernández, con una manguera de la cual salía un enorme chorro de agua dirigido hacia el avión Constellation ubicado en el primer anillo, en la zona más conocida como la del ‘Avión Pirata’. Con esa acción Fernández anunciaba un nuevo proyecto de transformación de ese lugar. La autoridad expresó ese día su deseo de recuperar este espacio “importante e ícono de los cruceños”. 

Además de hablar de una limpieza permanente del área, el alcalde comprometió su mantenimiento, la adecuación de luces y el arreglo de la plaza para convertirla en un paseo turístico.
Eso sí, no habló de un proyecto en concreto, más fue un show cargado de buenas intenciones. Porque pasaron ocho meses y lo dicho por Fernández se quedó en en el olvido. Muestra de ello es que hace una semana un grupo de personas particulares plantearon a la Alcaldía un proyecto para darle mantenimiento y limpiar este lugar, el mismo que fue aceptado por esta institución y ahora se espera que en un par de semanas esté listo. 

El proyecto, presentado por Tomislav Viruez y sus amigos, todos ellos fanáticos de la aviación, consiste en hacer arreglos y pintar al avión, limpiar la zona. Según Viruez, todo eso saldrá de sus bolsillos. “A mis hijos les inculqué el gusto por la aviación, por eso nos gusta ir a ver el Avión Pirata, tocarlo, y nos entristece verlo así tan abandonado”, dijo Viruez, que agregó que venían pensando en este proyecto desde hace seis meses. Con sus amigos planearon esta campaña y están invirtiendo más de Bs 70 mil en las pinturas y el trabajo de pintado. Pero saben que no podrán hacerlo frecuentemente, por eso esperan que la Alcaldía continúe con el trabajo. También les gustaría hacer un museo en el avión, pero eso es aún más complicado. 

Propuestas fugaces
El avión cuatrimotor Lockheed Constellation L-049 c/n 2081, construido en 1946, tuvo una historia impresionante: de ser utilizado por el presidente estadounidense Dwight Eisenhower, en los 50, se convirtió en un “avión fantasma” que en 1961 realizó varios vuelos llevando productos de contrabando por varios países de Sudamérica, hasta que ese año, luego de una operación militar espectacular, su piloto fue detenido. 

Las disputas sobre qué hacer con la aeronave llevaron años, y en 1972, en parte porque se iba destruyendo por la falta de mantenimiento, la Fuerza Aérea Boliviana decidió cederla a la Alcaldía cruceña, quien la colocó en la plazuela Boris Banzer (hijo de Hugo Banzer, fallecido accidentalmente mientras manipulaba un arma) en el barrio Tao. Cuando Fernando Sattori fue el alcalde cruceño en 1976 convirtió el avión en una biblioteca, la misma que fue administrada en un principio por Elffy Albretch y luego por Giselle Bruun. El alcalde incluso le hizo colocar seis aires acondicionados. Cuando acabó su gestión la biblioteca dejó de funcionar. Y poco o nada se hizo por ella desde entonces. 

Las ocasiones en que la Alcaldía de Santa Cruz de la Sierra -que es la encargada del mantenimiento y cuidado de estos espacios- se ha manifestado para revitalizarla ha sido por iniciativa de los vecinos de la zona o del sector privado. Por ejemplo, en 2005, se remodeló la plazuela y fue convertida en un paseo peatonal por medio de un plan denominado Emergencia Verde de la Dirección de Parques y Jardines de la entonces gestión de Percy Fernández. En esa oportunidad, Fernández recalcó que el trabajo se había hecho posible gracias a un convenio de adopción de áreas verdes suscrito con las empresas Nibol, la cadena de supermercados Fidalga y la línea aérea Aerosur, quienes financiaron parte de la obra. El Avión Pirata quedó pintado como otra nave más de Aerosur y se construyeron rotondas, se arreglaron las veredas y se hizo una arborización. 

Pero ese “rescate” no duró mucho tiempo y, nuevamente, después de un par de años los vecinos se encontraron con el mismo abandono de siempre; además que desde los 90 está estigmatizada como una zona roja de delincuencia. En un registro de la prensa de 2014 se menciona que “las mejoras que ejecutó la Alcaldía para recuperar la plazuela Boris Banzer, más conocida como ‘El Avión Pirata’, aún no garantizan la tranquilidad y seguridad de los vecinos de esta zona que reiteran su pedido a las autoridades de una política efectiva que retire los malvivientes que se han apoderado del parque”. Los vecinos en aquel entonces pedían más efectivos de seguridad rondando por la zona y la Alcaldía (que seguía siendo manejada por Percy Fernández) señaló que por el momento eso no era posible.


En 2017, la ONG Laboratorio Urbano Santa Cruz lanzó una campaña abierta de recepción de ideas para el mejoramiento de los espacios públicos cruceños. Uno de los proyectos ganadores consistía en el mejoramiento del área del Avión Pirata para un mejor aprovechamiento de los vecinos. El proyecto le pertenecía a la arquitecta Enix Nicole Saucedo. “Desde que era chica me llamó la atención el Avión Pirata, porque la verdad es un monumento imponente”, dijo Saucedo, que lamentó que con las intervenciones hechas para la construcción del BRT algunos ángulos y perspectivas del mismo está más cubierto. “Ha quedado un poco oculto”, resaltó Saucedo.

El proyecto de Saucedo fue presentado a los vecinos del ‘Avión’ en varias reuniones, quienes lo aprobaron. “Lo que yo trataba en mi proyecto, a través de una intervención urbana, era recuperar la zona de la inseguridad. Además, me parecía muy extraña la polaridad que había ahí, porque a pesar de que existe una dinámica con las bandas de música que se reúnen para ofrecer sus servicios y los puestos de comida que quedan cerca se den esos temas de inseguridad”, señaló Saucedo.

El proyecto conectaba la plazuela con la ciclovía del primer anillo y también con la zona de los ‘agachados’. También tenía espacios para la recreación, para hacer deporte y eventos artísticos. Además, buscaba resaltar la cultura cruceña. Incluso diseñó un anfiteatro para las tamboritas y bandas que se ubican ahí. “Mi proyecto llegó a la Alcaldía, pero solo supe que llegó hasta las manos de Percy Fernández y Angélica Sosa. En 2018 ya no supe qué pasó con él”, mencionó Saucedo.

Para la arquitecta cruceña, el abandono de esta zona se debe en gran parte a que muchos de los espacios públicos no son pensados ni diseñados en base a las verdaderas necesidades de los usuarios. “Son el resultado de una serie de modificaciones que son espontáneas o en base a necesidades emergentes por la prisa del tiempo y no se toma muchas veces en cuenta la opinión de los vecinos o de la gente que sí le va a dar el uso a ese lugar”, puntualizó Saucedo.

Sin soluciones integrales
Ernesto Urzagasti, secretario general de la Sociedad de Estudios Patrimoniales del Colegio de Arquitectos, manifestó el abandono al Avión Pirata de parte de la Alcaldía cruceña quizás pueda deberse a un problema económico, aunque Urzagasti añadió que “la falta de plata no justifica no poder hacer un proyecto integral”. 

El arquitecto recalcó que el Avión Pirata es un hito en la ciudad que no necesita cierta altura o tamaño descomunal para convertirse en un punto de encuentro y en un lugar referencial. “En estos últimos años ha habido una gran cantidad de intervenciones, pero no fueron puntuales. Ese avión es bellísimo y lamentablemente no ha tenido el cuidado y el mantenimiento necesarios”, expresó Urzagasti, que agregó que lo ideal sería hacer un concurso de ideas, trabajarlas de manera integral para así realmente poner en valor esta zona. “Además, así se le da un uso a la plaza, que de por sí tiene un uso adquirido con todas las bandas musicales que están ahí”.

Por último, Urzagasti dijo que el rescate del lugar tiene que ser tuición de la Alcaldía. “Yo entiendo que dar en adopción las áreas verdes tiene el buen sentido de que ‘alguien’ quiere cuidar y mantener una de estas áreas, pero que un privado se ponga a intervenir un área no corresponde, porque eso es trabajo de la Alcaldía”, manifestó Urzagasti.

El Avión Pirata estará listo en un par de semanas y después ¿qué? Quizás de nuevo en el olvido.



Piratas en acción:  Los contrabandistas que dominaban el aire

Ramiro Molina Alanes es técnico aeronáutico, piloto civil y
escritor. Tiene dos publicaciones donde narra la historia del avión
Constellation.
Aquí reproducimos un poco de esa historia

La Aduana Nacional tenía conocimiento que durante los meses de mayo y julio de 1961, un avión extranjero, al que se le llamó inicialmente “Fantasma” y posteriormente “Pirata”, con la protección del Comando Departamental del MNR y el Jefe de las Milicias Armadas de Santa Cruz, realizaba subrepticios aterrizajes y despegues en el aeropuerto El Trompillo, especialmente en horas de la noche, aduciendo escalas técnicas o reabastecimiento de combustible; pero, lo cierto era que aprovechando la excelente ubicación geográfica de la capital oriental, trasladaba cuantiosa mercadería de contrabando desde Panamá hacia Bolivia, Brasil, Paraguay, Argentina y Uruguay.

Para evitar un choque armado con los milicianos si el avión era detenido en tierra, el Ministerio de Obras Públicas dispuso que la Fuerza Aérea Boliviana intercepta en el aire a la aeronave. El 26 de julio, el Comando de la FAB destacó al Colegio Militar de Aviación (Santa Cruz) un Mustang F-51 al mando del Cap. Alberto Peredo Céspedes; luego se sumó otro interceptor similar pilotado por el Tte. Alfredo Ameller Trigo.

Un suceso trágico
La misión consistía en realizar vuelos de patrullaje hasta interceptar al “Avión Pirata” y obligarlo a cambiar de ruta hacia el aeropuerto de Cochabamba. El 29 de julio aterrizó en El Trompillo el avión, se trataba de un cuatrimotor Constellation con matrícula norteamericana N2520B, de propiedad del Lloyd Airlines de Miami, que custodiado por milicianos armados descargó cajas de mercadería.

A las 6:30 del domingo 30 de julio de 1961, el Constellation decoló sin presentar plan de vuelo ni manifiesto de carga, indicando que solo realizaría un vuelo de prueba, pero lo raro era que llevaba los tanques de combustible llenos y toda la carga a bordo.

Lo que siguió después fue una persecución espectacular. Con el Constellation haciendo caso omiso a las órdenes de aterrizar en el aeropuerto de Cochabamba, mientras dos aviones caza lo perseguían. El avión intentó huir a Argentina pero sus perseguidores lo evitaron a punta de ráfagas de disparo, aunque tenían la orden de no derribarlo. Cuando intentaba llegar a Santa Cruz el caza del Tte. Peredo se estrelló, muriendo en el acto el piloto.

Finalmente, ante el acoso del caza del capitán Ameller, el Constellation aterrizó en El Trompillo y la tripulación que llevaba fue arrestada. Ponien

do fin de esta manera a sus “hazañas”.