Estatal apoya su mayor oferta en millonarios créditos del BCB y tiene la mirada puesta en un proyecto de exportación que debió concretar hace más de siete años

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15 de marzo de 2022, 7:11 AM
15 de marzo de 2022, 7:11 AM

Por Walter Vásquez

La Empresa Nacional de Electricidad (ENDE) cumple este año seis décadas de trabajo en el mercado nacional con objetivos cumplidos, como la soberanía y seguridad energética del país, y retos postergados, como la exportación de electricidad, lo que deja en duda el destino de los más de 1.000 megavatios (MW) de excedente que puede generar la estatal.

Álvaro Ríos, exministro de Hidrocarburos y Energías, observaque ENDE debe dejar de lado la “fábula” de la exportación, para encarar el abastecimiento energético del mercado interno en un momento en el que las reservas gasíferas del país se reducen, al igual que la producción del gas natural que alimenta las termoeléctricas.

La venta de energía al vecino país se anunció a inicios de 2014 y debía concretarse a fines de esa gestión, pero pasaron siete años y ese proyectó aún no se logró.

El analista Hugo del Granado considera que el negocio no se cerró por la cuestiones de precio y porque Argentina no está interesada en una potencia fija, sino en cantidades que eventualmente le falten, según crezca su demanda.

Días atrás, el embajador argentino Ariel Basteiro informó que su país “todavía tiene posibilidades de autoabastecerse”.

Con el objetivo de la exportación y con financiamiento del Banco Central de Bolivia (BCB), ENDE realizó inversiones para instalar plantas de generación y para tender hasta la frontera argentina una línea de transmisión que actualmente no genera ningún beneficio, sostuvo Ríos.

Datos de la Empresa Nacional de Electricidad dan cuenta de que entre 2006 y 2021 la potencia que se añadió al Sistema Interconectado Nacional (SIN) fue de 2.951 megavatios (MW).
En 2020 la capacidad instalada de Bolivia era de 3.034 MW, mientras que la demanda el año pasado superó los 1.600 MW. Esta gestión, la estatal prevé aumentar la oferta nacional en más de 1.000 MW solo con ciclos combinados.

“La garantía de abastecimiento que nos ha dado ENDE ha sido a un gran costo de inversiones que se realizan no con la rentabilidad de la empresa, sino con préstamos del Banco Central”, indica Ríos.

“Bolivia está creciendo más, con la incorporación de plantas de generación de energías alternativas y renovables y la reducción del uso de combustibles fósiles en la generación de electricidad”, remarcó a su vez Seleme. “ENDE sufre un alto grado de politización, aunque en menor magnitud que YPFB, donde se ve un tremendo manoseo político. Es una empresa que está un poco mejor manejada técnica y económicamente, pero necesita de reformas para encarar el abastecimiento energético de todos los bolivianos”, concluye Ríos. 

Opciones en la cadena

“A diferencia de otros países vecinos que sufren cortes y racionamientos, ENDE ha podido asegurar el abastecimiento de Bolivia“, resalta el analista Álvaro Ríos. 

“Hay energía para todas nuestras industrias” como las del litio y el Mutún “que se vayan desarrollando en los próximos cinco o 10 años. Es por eso que nuestro proceso de cambio fomenta los créditos de energía”, afirmó por su lado el viceministro de Electricidad y Energías Alternativas, José María Romay. 

“A futuro, nuestra corporación se proyecta como uno de los principales motores de la economía de Bolivia”, subrayó Seleme y precisó que con ese objetivo se continuará con el cambio de la matriz energética y se concretará la exportación de electricidad a la Argentina. “Hay muchos planes para convertirnos en el referente sudamericano”, subrayó.

ENDE, fundada el 9 de febrero de 1962, es hoy una corporación a cargo de cuatro empresas de generación, una de transmisión, cuatro de distribución, dos de servicios, una subsidiaria y casi 5.000 trabajadores que contribuyen al acceso universal a la energía eléctrica.

Al momento, además, “controla un 80% de la industria eléctrica” del país, posee un patrimonio de Bs 14.162 millones y tiene en la mira la generación de excedentes a través de la exportación. 

“Trabajamos para que la generación nunca falte, para que las líneas de transmisión se amplíen a más regiones y para garantizar la distribución a la industria, los negocios, los hogares, los centros de salud, las escuelas y a todo uso productivo que reactive la economía y haga de Bolivia un país fuerte y soberano”, destacó el presidente de ENDE, Marco Seleme.