27 de octubre de 2020, 5:00 AM
27 de octubre de 2020, 5:00 AM


Después de las campañas y las posteriores elecciones nacionales que se dieron en nuestro país el domingo 18 de octubre, se habla de dos grandes temas: salud y política, sin dejar de lado los problemas económicos, por supuesto.

Luego de tanta congestión, aglomeraciones, idas y venidas, es más que lógico que el virus se multiplique y los contagios vuelvan a aumentar las cifras, pero esta vez en forma preocupante. Los rebrotes de coronavirus están apareciendo en varias ciudades y comunidades de Bolivia, así también en países vecinos como Brasil y Argentina, y en otras latitudes como Estados Unidos y Europa.

Las cifras esta vez sí tienen desperdicios. Resulta que las pruebas, los testeos y los controles han bajado e incluso se han escatimado como forma de políticas públicas y de mal manejo de la misma. Bolivia hoy figura entre los países que menos test ha hecho en lo que va de esta pandemia. Hasta ayer se registraban en el país corazón de Sudamérica 327.349 test, es decir 27.923 pruebas por millón de habitantes. Pero para referenciar otros países y observar esta política preventiva ante el rebrote anunciado, Ecuador, por ejemplo, ha hecho 521.891 pruebas; Chile, con casi 19 millones de habitantes, hizo 4.119.551 test.

Otras naciones con mayor control pandémico como Paraguay, que tiene poco más de 7,1 millones de habitantes, ha registrado oficialmente 347.863 pruebas y Uruguay, el ejemplo sudamericano, con poco más de 3,4 millones de habitantes hizo 302.334 test.

Países con otro desarrollo adoptaron políticas sanitarias más agresivas, decidieron buscar al virus, encerrarlo, aplastarlo. Esperar contagiarse, sin dar seguimiento a los contactos de personas infectadas, es un suicidio. Lo advierte el director general de la Organización Mundial de la Salud cuando insta a los países a “tomar medidas inmediatas para evitar más muertes innecesarias y el inminente colapso de los servicios de salud esenciales”.

Mientras en otras latitudes ya sufren masivos contagios diarios (Francia 42.000 contagios diarios, España, Reino Unido e Italia con unos 20.000) y deciden el reconfinamiento, acá se amplían los horarios.

Antes de saber cómo estamos en Bolivia y en Santa Cruz, después de los eventos mencionados, masivamente peligrosos, se toman medidas de alto riesgo. Un rebrote puede ser explosivo, advirtió el jefe de Epidemiología nacional, quien observa un exceso de confianza en la población. Las autoridades científicas alertan que la cepa de la segunda oleada es más agresiva, más virulenta y que nadie es inmune, incluso las personas que ya han sido infectadas.

Todo queda en manos de la responsabilidad individual. Quedarse en casa, tomar distancia, lavarse las manos y utilizar barbijo. La vacuna parece no llegar hasta bien entrado el año 2021 y el sistema sanitario está cansado, después de tanto ajetreo.

No es momento de jugar con la salud. Bolivia debe continuar reforzando su deteriorado sistema sanitario a tiempo de desarrollar mayor conciencia sobre los peligros del virus que puso de rodillas al mundo. Con la salud en estado de alerta es oportuno mantener los controles sanitarios e incluso anticipar lo que está llegando. La cautela y la responsabilidad son las guías.



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