22 de abril de 2024, 4:00 AM
22 de abril de 2024, 4:00 AM


Según el último reporte de la Organización Mundial de Comercio (OMC) se espera que el volumen del comercio de mercancías crezca un 2,6% en 2024 y un 3,3% en 2025 después de caer un 1,2% en 2023. En términos de valor, el comercio de mercancías cayó un 5%, hasta los 24 billones de dólares americanos, pero la disminución se vio compensada en gran medida por un aumento del 9% en el comercio de servicios, que alcanzó alrededor de 7,5 billones de dólares, con lo que el comercio total de bienes y servicios disminuyó sólo un 2% el pasado año.

El mismo reporte señala que los volúmenes de importación disminuyeron en la mayoría de las regiones, pero especialmente en Europa, donde cayeron drásticamente. Las principales excepciones fueron las grandes economías exportadoras de combustible, cuyas importaciones se sustentaron en fuertes ingresos por exportaciones, ya que los precios de la energía se mantuvieron altos en comparación con los estándares históricos. El comercio mundial se mantuvo muy por encima de su nivel anterior a la pandemia a lo largo de 2023. A excepción de los años anteriores donde el comercio jalaba la tasa de crecimiento del PIB mundial el pasado año la desaceleración de la economía global llego al 2,7% mientras el comercio mundial entro en recesión.

Una de las causas de la caída del comercio global que ha tenido mayor impacto, fue la inflación, que si bien se redujo en las economías más desarrolladas, se mantuvo o aumentó en los países de ingresos medios y bajos particularmente en América Latina y El Caribe, así como en los países del Asia Menor. El alza de precios de los combustibles no solo inflacionó estas economías, sino que redujo sus exportaciones y ralentizo su crecimiento y nivel de empleo, lo cual contribuyó a reducir el comercio mundial. De la misma forma afectaron los flujos del comercio la continuidad del conflicto entre Ucrania y Rusia, con mayor impacto al tercer trimestre de 2023 después de la invasión de Hamas a Israel el pasado mes de octubre, provocando mayores incrementos a los precios de los combustibles y restricciones al tráfico marítimo entre Asia y Europa a través del Canal de Suez. 

La ralentización de las exportaciones e importaciones de China debido su crisis inmobiliaria y el estancamiento del comercio exterior de la India, dos de las cinco economías más influyentes en el comercio global, fueron decisivas en la reducción del volumen tranzado. Por su parte Europa fue la región que más redujo el volumen de su comercio cayendo un -2,3% mientras que Norteamérica compenso esta reducción con un crecimiento del 3,7%, según datos oficiales de Observatorio del Comercio Mundial.

De cara al futuro, el informe de los economistas de la OMC advierte que las tensiones geopolíticas y la incertidumbre política podrían limitar el alcance del repunte del comercio. Los precios de los alimentos y la energía podrían volver a verse sujetos a alzas vinculadas a acontecimientos geopolíticos. Solo como ejemplo podemos señalar que el comercio bilateral entre Estados Unidos y China, que alcanzó un máximo histórico en 2022, creció un 30% menos en 2023 que su comercio con el resto del mundo. Además, durante todo el año pasado, el comercio mundial de bienes intermedios distintos de los combustibles disminuyó un 6%, lo que implica un efecto negativo directo sobre las cadenas de valor a nivel mundial.

La crisis del Mar Rojo y el Golfo Pérsico, agravada por el reciente ataque de Irán a Israel en respuesta al bombardeo al Consulado Iraní en Siria, y el posterior secuestro de un buque porta contendores de 14.00 TEUs operado por MSC, por parte de la Guardia Revolucionaria Iraní agrava el impacto económico de las perturbaciones del Canal de Suez derivadas del conflicto de Oriente Medio y aumenta los costos de los fletes marítimos en general, en particular las exportaciones de China e India hacia Europa afectando de manera directa a sectores como los productos automotrices, los fertilizantes y el comercio minorista, que ya se han visto afectados por retrasos y sobre estadías. Esta situación sin duda tendrá un efecto global en los cotos de las cadenas de suministro, lo cual repercute en la disponibilidad de contendores en el Pacifico Sudamericano donde recalan gran parte de las importaciones bolivianas.

Respecto al comercio mundial de servicios los informes de la OMC señalan que las exportaciones de servicios prestados digitalmente se dispararon a 4,25 billones de dólares en 2023, un aumento interanual del 9,0%, y representaron el 13,8% de las exportaciones mundiales de bienes y servicios. En 2023, el valor de estos servicios comercializados a través de redes informáticas y que abarcan, desde servicios profesionales y de gestión hasta streaming de música y vídeos juegos en línea y educación remota, superó los niveles pre pandémicos en más del 50%. En Europa y Asia, que tienen una cuota de mercado mundial del 52,4% y el 23,8% respectivamente, las exportaciones aumentaron un 11% y un 9%. El crecimiento se aceleró en África (13%) y en América Latina y Caribe (11%), mayor a la media mundial. 

En contraste a las expectativas de crecimiento del comercio mundial de bienes y servicios, Bolivia anclada en sus exportaciones de materias primas básicas, pareciera condenada a soportar las inclemencias del calentamiento global que reducirán sus exportaciones agroindustriales, además del agotamiento de sus reservas de gas que reducen sus exportaciones a menos un tercio en los últimos diez años y para rematar con las importaciones de bienes intermedios amenazadas por la creciente devaluación.