Cara a cara

Más denuncias vuelven a complicar a la Iglesia católica.  Más víctimas de abusos sexuales por parte de pederastas jesuitas en las últimas décadas del siglo pasado, relatan los hechos. El diario del sacerdote Alfonso Pedrajas, donde admitía haber abusado a 85 niños, destapó un escándalo que crece semana tras semana. Según publica El País de España, los curas jesuitas Francesc Peris (Checo) y Carlos Villamil (Vicu) cometían abusos a niñas internadas en los años 80 en el colegio Juan XXIII de Cochabamba. La publicación se sostiene en varios testimonios de las víctimas que contactaron a los investigadores del caso. La Fiscalía ha contabilizado unas 200 denuncias, algo que corrobora desde Paraguay un exreligioso de la Compañía de Jesús, Pedro Lima, que fue expulsado por denunciar los hechos y que a través de EL DEBER advirtió que el caso de Alfonso ‘Pica’ Pedrajas apenas es el inicio de un largo historial de abusos dentro de la institución. No se trata de errores, sino de abominables hechos que contaban con una red de cómplices y delincuentes.

 Barbijos en el piso, en el pasto, en las jardineras, en las calles, en los parqueos, en las ramas de los árboles, en los umbrales y por donde se lo imagina. Lo que costó y cuesta la pandemia, ahora con complicaciones de la influenza y otras enfermedades respiratorias, es fácil saberlo. Un tapaboca arrojado significa ignorar demasiadas cosas por lo que atravesó la humanidad. Educación, conciencia y consideración por el medio ambiente, el aseo, la salud pública, la propia y la del personal de salud que ha dado y sigue dando su vida por quien, con desprecio, lo bota en cualquier parte.