Las más de 750 camas de terapia intensiva están ocupadas y en los hospitales no solo escasea el oxígeno, sino también los antivirales y los antibióticos

16 de junio de 2021, 11:54 AM
16 de junio de 2021, 11:54 AM

La doctora Fátima Obando no quiere rechazar pacientes, pero sabe que en el Hospital de Clínicas, a las afueras de Asunción, no hay capacidad para recibirlos. Paraguay atraviesa por el peor momento de la pandemia y los pronósticos para las próximas semanas son sombríos.

"No se hace un rechazo directo a los pacientes, pero cuando llegan se les explica que ya no hay suficientes bocas de oxígeno, por lo cual no se les puede dar la atención que merecen. Lastimosamente, desde hace dos semanas se viene rechazando pacientes", relató a la AFP Obando, jefa del departamento de control de infecciones del Hospital de Clínicas.

Paraguay, con una población de 7,3 millones de personas, suma casi 11.000 fallecidos por covid-19 y unos 400.000 contagios. En las últimas dos semanas se ubica como el país con mayor mortalidad en el mundo, con una tasa de 24,79 decesos por cada 100.000 habitantes, según un conteo de AFP en base a cifras oficiales.

El director de Vigilancia de la Salud, Guillermo Sequera, advirtió que Paraguay "está en rojo" por el elevado número de muertos. "El país se encuentra con un nivel de transmisión comunitaria muy alto. Los pronósticos son bastante oscuros para este mes, y probablemente para parte de julio también", indicó.

Las más de 750 camas de terapia intensiva del país están ocupadas. Además, unos 200 enfermos en estado delicado convalecen en salas comunes y hasta en pasillos de los hospitales esperando la liberación de un espacio en la Unidad de Tratamiento Intensivo. Entre 30 y 40% de los pacientes en UTI no soportan el rigor y fallecen.

"La situación es bastante complicada. A pesar del impresionante crecimiento (en la capacidad de atención en terapia intensiva) que se tuvo, no hay forma de dar respuestas. Si seguimos a este ritmo ni aunque tengamos 1.000 o 2.000 camas vamos a poder dar respuesta", declaró el ministro de Salud, Julio Borba.

Súplica

Marta Aquino, de 26 años, logró ingresar a su madre en el Hospital de Clínicas, donde estudia. Pero antes atravesó por el sufrimiento de verla pasar dos días sin oxígeno, atendida en una silla.

"Llegamos a suplicar para que la atiendan" en el hospital de la seguridad social. "Pero no nos dieron ningún tipo de atención. Solo argumentaron que no tenían espacio en ese momento, que estaban saturados", refirió Aquino a la AFP.

Según la doctora Obando, en los hospitales no solo escasea el oxígeno, sino también los antivirales y los antibióticos.

"Tal vez hubo insuficiente planificación del Ministerio de Salud. No se tuvo a tiempo el equipamiento, la infraestructura, no se contrató la cantidad suficiente de personal que se iba a necesitar para estos tiempos", evalúa.

En todo caso, el resultado son duras imágenes que muestran salas atestadas de enfermos graves.

"Tenemos 16 camas de terapia covid que están al 100% todos los días. Tenemos 20 camas de internación común en el área de contingencia respiratoria que están ocupadas también al 100%. Hemos tenido que habilitar áreas covid en otras zonas del hospital. En este momento manejamos un promedio de 100 pacientes por día hospitalizados por covid", refiere Obando.

Pocas vacunas

En ese contexto, la campaña de vacunación ha avanzado muy lentamente. El fin de semana pasado se formaron largas filas, cuando ya pueden ser inmunizados los mayores de 55 años. Un total de 50.000 pudieron vacunarse entre sábado y domingo.

Según cifras oficiales, en Paraguay se ha administrado la primera dosis a 475.000 personas, equivalente a 6,7% de la población que tiene que ser inmunizada. La meta es llegar a 30% en diciembre y a 75% de los habitantes en 2023.

"Menos de 500.000 paraguayos ha recibido en forma parcial o total la inmunización a través de la vacuna. Eso sigue favoreciendo la alta transmisión y va en contra de la disminución de la hospitalización y de la tasa de mortalidad", advirtió a la AFP el epidemiólogo Tomás Mateo Balmelli.