Seis damas de agrupaciones femeninas contaron algunas anécdotas de sus reinados en el Café de la Siesta

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18 de febrero de 2020, 3:00 AM
18 de febrero de 2020, 3:00 AM

Admiradas. Elogiadas. Aplaudidas. Premiadas. Ellas son las que mandan en el Carnaval de Santa Cruz. Ellas son las que le dan esa sazón distinta al platillo principal. Y sin ellas no hay buri. Estas mujeres -madres, en la mayoría de los casos- alimentan la adrenalina en la temporada de la locura y se convierten en las protagonistas indiscutibles. 

María Elena Callaú (Soñadoras), Corina Flores (Aguateritas), Yasmín Viveros (Amazonas), Yoice Montezuma (Kuña Porá), Estephany Daza (Peligrosas) y Mari Parada (Mitakuñá) son algunos de los rostros más visibles. Visitaron el Café de la Siesta del Grupo EL DEBER.

Ellas, siempre ellas

Todos se inclinan ante la realeza. Ninguna pasa desapercibida. Las invitan a todos los eventos carnavaleros, allá las sacan a bailar, las nombran y hasta guardan silencio cuando las ven pasar a su lado. “¿Una fotito?”, le piden y ellas acceden.

Eso cambió sus vidas. Pasaron de la atmósfera incógnita al mundo público. Pero, nunca dejaron de ser mamás. Si tuvieran que elegir entre la corona de la casa y la del Carnaval se les complica, quizá porque su cariño se comparte entre esos dos espacios.

Duermen poco. Se levantan a las 6:00 y están bailando en plena madrugada. No se quejan. Ellas sabían a lo que se metían. La satisfacción de sus títulos se nota en sus ojos y el reinado es parte de sus vidas, porque las hace infinitamente felices. En la ‘otra vida’ volverían a hacerlo.

Sus vidas, del incógnito a la popularidad

Cumplen responsabilidades en el hogar. María Elena Callaú tiene 5 hijos y 6 nietos, y lleva 7 años de matrimonio. Yasmín Viveros posee dos retoños y está casada hace 21. Corina Flores tuvo a dos pequeños y tiene casi 30 años de unión. Estephany Daza es la líder de tres hijos y dos son los años de su relación con su amado. Mari Parada tiene dos terrones de azúcar y lleva varios años de casada, en tanto Yoice Montezuma no es mamá y tiene un compromiso de dos años. Pronto encargará un hijo a la cigüeña.

Sus esposos y sus hijos son sus primeros seguidores y el pilar fundamental de sus reinados. Inclusive ellos son los más entusiasmados con la corona. Todos van a los eventos y velan por sus necesidades. Las comprenden, las aconsejan y las escuchan. Y vibran a su lado.

Cómo llegaron a ser reinas

Mari nació en Roboré, pero se fue a vivir a EEUU. Ahí respira durante 36 años. No volvía a Santa Cruz de la Sierra hace 17 años. Y nunca se imaginó que se convertiría en reina. Ella dudó, porque dejó su cultura y no le gustaba ni maquillarse ni usar zapatos de tacón. 

Las señoras de las Mitakuñá la convencieron. “Me dicen la reina gringa”, dice. Pero, no le molesta. Poco a poco aprendió a hablar ante las cámaras de televisión y no falta a ningún buri.María Elena Callaú fue reina en el pasado. Era la cabecilla de un grupo llamado Las Magníficas. Se sumó a las Soñadoras y después de nueve años le manifestaron que era ella la ‘elegida’. Irónicamente su esposo fue el primero en decir que “sí” a la banda. Ella lo miró bruscamente y él le prometió por los dioses que le ayudaría en todo; ahora es el chaperón.

Yoice Montezuma es doctora. Y sus pacientes se sorprenden, porque cuando la miran le preguntan por qué lleva pestañas postizas. Ella les cuenta que es reina de las Kuña Porá y que no tuvo tiempo en sacarlas de sus ojos. Estephany Daza también ya ostentó un cetro. En 1999, cuando tenía nueve años, la rubia fue reina de los Chuturubises Jrs. Y este 2020 una carta llegó a su puerta. La agarraron ella y su esposo. La leyeron juntos. Era el nombramiento de las Peligrosas. Se miraron. Sonrieron. Y aceptaron.

Yasmín Viveros llegó a una cena. Ahí le lanzaron la noticia. Ella, al comienzo, no aceptó, pero después no tuvo ‘de otra’.

Ser reinas les representa un gasto económico muy alto, pero su gran premio es el público. A Mari se le incendió su alegoría en la preca. A Yasmín le pisaron el traje varias veces. A todas las losetas de las calles no la dejaron caminar tranquilas, pero nada de eso les importa. Solo quieren vivir este sueño, porque todas son carnavaleras de corazón.

Jugaba a ser reina con una corona de limón, naranja agria y flores”
YOICE MONTEZUMA / KUÑA PORÁ 



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