El Gobierno de Jeanine Áñez mantiene una fricción diplomática con México y Argentina. Se retiró de la ALBA y analiza su permanencia en la Celac. Recompuso las relaciones con Estados Unidos e Israel

29 de diciembre de 2019, 3:00 AM
29 de diciembre de 2019, 3:00 AM

La política exterior de Bolivia dio un giro cuando Jeanine Áñez asumió la Presidencia de Bolivia. Las relaciones diplomáticas se desideologizaron y el país marcó distancia de los bloques de izquierda. Ese cambio causó fricciones con algunas naciones, como Argentina y México y hasta existe la posibilidad de que La Paz abandone organismos internacionales. En el Gobierno aseguran que el MAS creó la falsa diplomacia de los pueblos, que por ahora quedó anulada.

La canciller Karen Longaric considera que durante la gestión de Evo Morales la política exterior boliviana estuvo “extraviada” por factores ideológicos. Eso permitió -dice- el ingreso de Bolivia a bloques cuestionados por la comunidad internacional, como la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), organismo creado por los desparecidos expresidentes Hugo Chávez, de Venezuela, y Fidel Castro, de Cuba.

De entrada, el Gobierno de Jeanine Áñez dio un giro por completo a la política internacional: restableció las relaciones con Estados Unidos e Israel, y reconoció a Juan Guaidó como presidente encargado de Venezuela, algo que en la gestión de Evo Morales era imposible por su cercanía a Nicolás Maduro.

Además, Bolivia salió de la Alba e ingresó al Grupo de Lima, bloque creado en agosto de 2017 con la intención de buscar una salida democrática a la crisis que atraviesa Venezuela. El organismo es conformado por Argentina, Brasil, Costa Rica, Chile, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú, Santa Lucía Colombia, Canadá, Guyana y ahora Bolivia.

Longaric afirma que se está evaluando la salida de Bolivia de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) debido a que México convocó a una reunión a pesar de que La Paz tiene la presidencia pro témpore.

“Veremos en el futuro si continuamos o nos apartamos de la Celac. Estamos confiados de que algunos países muy democráticos no asistirán a la convocatoria de México”, resalta Longaric. La cita fue convocada para el 8 de enero de 2020.

Cambios en diplomacia

Las relaciones con Estados Unidos dieron un giro respecto a la gestión de Morales. Áñez designó a Óscar Serrate como embajador en misión especial en Washington. El objetivo de esta designación es mejorar la relación con EEUU luego de 11 años sin la presencia de embajadores de ambos países. Además, la idea es preparar el camino para el restablecimiento pleno de relaciones.

El excanciller Agustín Saavedra Weise ve como un buen paso recuperar las relaciones con Washington y acabar con la ideología en las relaciones diplomáticas. El experto confía en que en la gestión de Longaric se hará un buen trabajo para que el siguiente gobierno siga las líneas trazadas.

“Desideologizar significa, en lenguaje simple, procurar relaciones externas sobre la base del interés nacional, de las ventajas que se ofrecen y de las ventanas que se abren, en lugar de hacerlo en función de intereses políticos e ideológicos. Es la mejor manera de conducir las relaciones externas de un Estado independiente. La vía pragmática en materia de política exterior procura siempre lo mejor para el interés nacional, dejando a nivel secundario amistades, simpatías e ideologías. Ese camino se ha trazado la canciller Karen Longaric, siempre de común acuerdo con la presidenta Jeanine Áñez, y es una buena senda, que merece seguir siendo recorrida”, destaca Saavedra Weise.

Sin embargo, los cambios en la política exterior tuvieron efectos contrarios con países aliados de Evo Morales. Argentina y México no reconocen a Jeanine Áñez como presidenta de Bolivia y denuncian que en noviembre hubo un “golpe de Estado” que obligó a Morales renunciar a la Presidencia.

Con México la relación es la peor que se vive en este último tiempo. La Cancillería de Bolivia señala que ese relacionamiento diplomático fue deteriorado cuando las autoridades mexicanas permitieron que Evo Morales “tergiversara” la realidad del conflicto social que se vivió en noviembre, a consecuencia de un fraude electoral reconocido por expertos electorales de la Organización de Estados Americanos (OEA), que hicieron una auditoría en los comicios de octubre pasado y que provocaron su anulación.

“Las relaciones bilaterales con el gobierno de los Estados Unidos Mexicanos se deterioraron desde el momento en el que los gobernantes mexicanos ayudaron al expresidente Evo Morales a tergiversar la realidad sobre la lucha y voluntad del pueblo boliviano”, dice un comunicado de la Cancillería boliviana.

El jueves, el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, anunció que demandará a Bolivia ante la Corte Internacional de Justicia por el asedio que mantiene la Policía en contra de la embajada de México en La Paz. El Gobierno de Bolivia respondió que fueron las autoridades aztecas los que violaron los tratados internacionales y los retó a verse en la CIJ.

Por ahora, Bolivia no tiene embajador en México, dijo el ministro de Gobierno, Arturo Murillo, quien considera que las condiciones no son las adecuadas para hacer el nombramiento. El último embajador en ese país fue José Crespo, muy cercano al excanciller David Choquehuanca.

Relación con Argentina

La relación entre La Paz y Buenos Aires se vio complicada desde que Alberto Fernández asumió como mandatario argentino, el 10 de diciembre. Incluso, antes de llegar a la Casa Rosada, Fernández había adelantado que no iba a reconocer al gobierno de Áñez y aseguró que en Bolivia se produjo un “golpe de Estado”.

El expresidente boliviano llegó a la capital argentina dos días después de la asunción de Fernández. Morales está en el vecino país en calidad de refugiado y no de asilado, como lo estaba en México. El arribo de Evo movió la política argentina y fue el presidente Fernández quien dio todas las seguridades al exmandatario.

Además de eso, el gobierno de Fernández no acreditó a los diplomáticos que envió el gobierno de Áñez. Bolivia espera que se cumpla la Convención de Viena y por ahora la relación bilateral quedó congelada.

“Estamos esperando pacientemente que se reactive el trabajo en la Cancillería argentina. Tenemos entendido que aún no han cambiado autoridades y la nota de acreditación de nuestros nuevos diplomáticos que hemos acreditado ante el Gobierno argentino aún no ha sido examinada. Esperaremos con paciencia para que los conductos regulares tomen conocimiento de nuestra acreditación y se la acepte tal como establece la Convención de Viena”, explica Longaric.

No pasa lo mismo con Rusia, China y Cuba, países que hicieron negocios con la administración de Morales y que ahora siguen trabajando en Bolivia. Longaric explica que, en el caso de La Habana, a pesar de que ese país retiró a más de 700 médicos de Bolivia, la relación es normal. “La relación (con Cuba) no ha sufrido ningún daño. Cuba es un importante actor en la política internacional”, dice.

Sobre Rusia y China tiene la misma percepción y destaca que con ambos países existen negocios comerciales que ayudan a la economía boliviana.

La diputada del MAS Sonia Brito cuestiona la política exterior que aplica el gobierno de Áñez y dice que se “destrozó” lo realizado en 14 años de mandato de Evo Morales.



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