Lo más frecuente son robos de celulares y de mercadería. También se dan extravíos de menores, pero son poco usuales. Los comerciantes coinciden en que antes de que tuvieran cámaras los robos eran más cuantiosos y seguidos estos delitos

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16 de diciembre de 2019, 3:00 AM
16 de diciembre de 2019, 3:00 AM

Es miércoles, día de feria y una comerciante de ropa se percata de que sus maniquíes han sido despojados de las prendas que ella ofrece. De inmediato da aviso a la dirección de su asociación y describe a la mujer, robusta, rubia y de unos 30 años, que es ubicada en las cámaras de seguridad. A través de sus handies los guardias reciben la descripción y proceden a arrestar a Shirley Milena G. A., quien es entregada a la Policía de la Villa Primero de Mayo.

Esta forma de operar ante estos hechos, lleva más o menos unos cinco años en la feria, donde existen 25 asociaciones y cada una tiene entre 80 y 180 cámaras de seguridad, con las que cubren el 100% de los pasillos del centro comercial que abarca del tercer al cuarto anillo de la avenida Cumavi. “En toda la Feria tenemos unas 2.000 cámaras de seguridad y más de 200 guardias privados”, señala Marcelo Solares, presidente de la Federación de Gremiales de la Feria de Barrio Lindo.

A este número de cámaras, que cuadruplica las que tiene toda la ciudad (alrededor de 500), se suman unas 120 en el mercado Mutualista y otras 80 en Los Pozos, con las que los propios comerciantes velan por su seguridad y la de sus clientes, para que acudan a comprar con ciertas garantías.

Los casos como el de Shirley Milena G. A. son frecuentes, dice Solares, y explica que los que roban mercaderías actúan en grupos de tres o cuatro. Unos distraen a la comerciante y otra persona ejecuta el robo.

Mutualista y Los Pozos

Son dos de las asociaciones del centro comercial que existe en este mercado, las que cuentan con cámaras de videovigilancia, la 25 de Marzo, que tiene 54 cámaras y la 27 de Septiembre, que tiene 61. En cuanto a guardias, cada una cuenta con cinco.

Melfy Quiroz, de la Asociación 25 de Marzo, dice que antes de las cámaras eran frecuentes los robos de parte de grupos de malvivientes. Ahora, la sola presencia de las cámaras los disuaden. “También sirven para no culpar a alguien injustamente y para evitar peleas entre los comerciantes; el otro día, una acusaba a su vecina de botarle su letrero y al revisar las imágenes vimos que un niño se había llevado el letrero del negocio y lo había botado”, comenta.

Sobre la frecuencia de los robos, dice, que se dan uno o dos por mes y casi todos los días hay llamados por otras situaciones.

En Los Pozos, en el comercial de este céntrico mercado hay 80 cámaras y 12 guardias, dice Esperanza Fernández, de la Asociación El Progreso. “Todos los accesos al comercial están monitoreados con cámaras y en el subsuelo hay una carceleta”, afirma.

Pese a todo, muchas veces estas medidas no frenan a los malvivientes, como el caso de Shirley Malena G. A. quien, según la Felcc, tiene múltiples antecedentes por este tipo de robos.