La COP25, realizada en Madrid, se prolongó más de lo previsto y con débiles acuerdos. El jefe de la ONU lamentó la oportunidad perdida, mientras que la representante española la tildó de agridulce

16 de diciembre de 2019, 3:00 AM
16 de diciembre de 2019, 3:00 AM

Tenía que culminar el viernes pasado, pero ante la falta de consensos se prolongó por todo el fin de semana, convirtiéndose en la cumbre por el clima más larga de la historia, con casi 15 días de duración.

La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático COP25, llevada a cabo en Madrid, bajo la presidencia de Chile, no convenció a muchos. Uno de ellos fue Antonio Guterres, secretario General de Naciones Unidas (ONU), que tras la clausura dijo sentirse “decepcionado con los resultados” de la conferencia, aunque anunció que “no se rendirá” en la lucha contra la crisis climática.

“La comunidad internacional ha perdido una oportunidad importante de mostrar una mayor ambición en mitigación, adaptación y finanzas para afrontar la crisis climática”, lamentó el jefe de la ONU, en un comunicado en el que, sin embargo, precisó “no debemos rendirnos”.

Aseguró estar “más decidido que nunca” a trabajar en que 2020 “sea el año en el que todos los países se comprometan a hacer lo que la ciencia está diciendo”, que es “necesario” ser neutrales en carbono para 2050 y “no ir más allá de 1.5 grados de aumento de la temperatura del planeta”.

Otra de las inconformes con los acuerdos logrados fue Teresa Ribera, ministra española en funciones para la Transición Ecológica.

Ella subrayó ayer que la cumbre del clima de Madrid “deja un sabor agridulce”, pese a que se consiguió el compromiso a aumentar la ambición para luchar contra la emergencia climática.

Poca firmeza

“El tiempo de actuar” tan reclamado en la COP25 no llegó. Fragmentada, la comunidad internacional se quedó muy lejos de mostrar -ayer- la resolución que le exigen la ciencia y la sociedad civil, al lograr un acuerdo de mínimos frente a la urgencia climática.

Dos intensas semanas de negociaciones, con una prórroga récord de 42 horas, no permitieron reunir a los casi 200 países participantes en esta conferencia de la ONU en Madrid detrás de una posición fuerte, confirmando que el entusiasmo multilateralista con el que se suscribió el Acuerdo de París en 2015 apenas subsiste.

Ya Greta Thunberg compartió su decepción en las redes. “Parece que la COP25 en Madrid se va al traste. La ciencia es categórica, pero es ignorada. Pase lo que pase no abandonaremos. Esto es solo el principio”, tuiteó la adolescente sueca.

Los movimientos sociales internacionales presentes en el plenario de clausura de la cumbre manifestaron su “decepción” con el texto adoptado por las partes que, en su opinión, sigue sin abordar la justicia social y sin tener en cuenta su voz en la toma de decisiones, hablaron de una brecha entre las aspiraciones y las acciones en pro del medio ambiente.

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, criticó con dureza el resultado de la conferencia sobre el cambio climático celebrada en Madrid, y denunció desde Brasilia el “juego comercial” que, según él, practicaron los países ricos, especialmente los europeos. 

La futura regulación de los mercados de carbono se pospuso para la próxima conferencia, ese tema fue, desde el comienzo, uno de los principales escollos para lograr un acuerdo. “Se trabajó intensamente para asegurar unos mercados de carbono globales que aseguren una contabilidad robusta respetuosa de la integridad ambiental. Algunos no se sintieron cómodos, así que queda pendiente para el año que viene”, señaló Ribera en su Twitter.