La venezolana, de 20 años, se siente capacitada para jugar en las grandes ligas. España, Inglaterra o Francia sería el destino de una de las mejores jugadoras del mundo en la actualidad.

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4 de diciembre de 2019, 11:56 AM
4 de diciembre de 2019, 11:56 AM

"¡Granate y oro!" es el grito de aliento de los aficionados de los equipos deportivos de la Universidad Estatal de Florida. Son los colores que bañan las mejillas, la nariz y la pluma del indio que llena su escudo y que ya "siempre" viajarán en las venas de Deyna Castellanos.

Finalizada su etapa universitaria en Estados Unidos, la joven venezolana se siente preparada para hacer del fútbol su profesión. A sus 20 años, es el salto más lógico después de 48 meses de formación académica y deportiva.

No tuvo prisa cuando algunos optaban por que acelerase su entrada en el profesionalismo, coincidiendo con su inesperada aparición en el podio de las mejores jugadoras del mundo en los premios The Best que concedió la FIFA en 2017. Fue justo después de su imponente actuación en el Mundial sub-17 de Jordania, aunque su nominación se produjo bajo una incesante lluvia de críticas.

"Este premio no tiene importancia alguna cuando tienes en la lista de finalistas a alguien de quien no he oído hablar nunca. No hace otra cosa que demostrar a todo el mundo que a la FIFA no le interesa el fútbol femenino. Estoy segura de que si un jugador desconocido, que ni siquiera fuera profesional, fuera nominado, la FIFA actuaría. Es decepcionante que no hayan hecho lo mismo con nosotras", expuso entonces la estadounidense Megan Rapinoe.

Los votos del público -Deyna Castellanos tiene una comunidad de 1,3 millones de seguidores en Instagram- fueron determinantes para que la joven vinotinto compitiese aquel año por el galardón con la estadounidense Carli Lloyd y con la holandesa Lieke Martens. Cristiano Ronaldo, Leo Messi y Neymar se peleaban entretanto por el trono en categoría masculina.

En ese contexto de atención mediática, la 'Reina' prefirió darse tiempo para crecer. "Estos últimos cuatro años han sido los mejores de mi vida y, sin duda alguna, la mejor decisión que he tomado. No hay una sola experiencia que haya vivido en FSU (Florida State University) que cambiaría de alguna manera. No me arrepiento de haber escogido FSU por encima del profesionalismo futbolístico. Al contrario, doy gracias por haber tenido la fortuna de cruzarme con la comunidad de FSU a la edad de 16 años", aseguró en una carta de despedida.

Deyna Castellanos se marcha agradecida a Mark Krikorian, por haberse convertido en "un mentor de vida y en un padre"; por haberle abierto las puertas de su casa, su universidad y haberle hecho "sentir en familia"; por "todas las lecciones y los aprendizajes dentro y fuera de la cancha"; y por haberle hecho "entender que ser buena jugadora de fútbol o tener talento no es suficiente".

Se siente en deuda, también, con el cuerpo técnico: "Gracias infinitas por ayudarme a crecer en la cancha y fuera de ella. Gracias por tener paciencia cuando en su momento tomé malas decisiones. Gracias por nunca dejar de creer en mí, incluso en momentos cuando ni yo sabía si podía seguir empujando".

Amigas deja igualmente en el vestuario. "Todas mis compañeras sin excepción han marcado mi vida de diferentes maneras. Gracias por hacerme sentir tan bienvenida, por tener tanta paciencia, por ayudarme a crecer, por enseñarme inglés, por intentar entender qué decía cuando mis palabras no tenían ningún sentido. Gracias por ser mis mejores amigas y mis hermanas de vida. Aquí en este equipo conocí a personas que se quedarán en mi corazón por el resto de mi vida. Quiero que sepan que siempre tendrán las puertas de mi casa abiertas y una mano amiga de donde agarrarse", escribió la venezolana.

Preparada, a sus 20 años, para hacer del fútbol su profesión, Deyna Castellanos debe escoger ahora su destino. España, Francia o Inglaterra, según se desprende de una encuesta realizada hace pocas horas en su perfil de Twitter, son las opciones que maneja. Llegó el momento de empezar a vivir el sueño de ser profesional y de lidiar con las expectativas. Y es que miles de ojos estarán puestos en ella, elija el equipo que elija.