Opinión

Autonomías indígenas, en el limbo

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16 de noviembre de 2019, 3:00 AM
16 de noviembre de 2019, 3:00 AM



Evo Morales, Álvaro García Lineras y Hugo Siles, fueron los ideólogos y ejecutores de la primera Autonomía Indígena originaria campesina en Bolivia, implantada bajo el concepto del ejercicio de la “libre determinación de las naciones indígenas, que comparten territorios, cultura, historia, lenguas y un mismo destino”. Se trata de las autonomías guaraníes de Charagua Iyambae, la Nación Uru Chipaya y la del pueblo indígena de Racaypampa, que han tomado la decisión de conformar un solo bloque sociocultural dentro de la biodiversidad del Estado Plurinacional. Se habló de una idea-fuerza envolvente que llamó la atención de propios y extraños.

La Asamblea del Pueblo Guaraní (APG), jugó un papel fundamental en la conformación de capitanías grandes donde existían comunidades campesinas, buscando afianzar el autogobierno como una forma de pasar de la inercia al trabajo y desarrollo sostenido, a partir del emblemático Centro Impulsor de Arakuaacarenda, el 16 de agosto de 1990, que muy pronto se convirtió en un interlocutor ineludible entre el Estado y la sociedad. En el frontis del edificio pende un llamativo cartel que dice: “El árbol toborochi fue testigo mudo de la historia de Charagua Iyambae”.

Después de un largo proceso amañado por los gobernantes, que ignoró las múltiples denuncias por fraude sistemático llevado a cabo mediante la imposición del miedo y “compra del voto” en las comunidades afines al MAS, los Estatutos Orgánicos fueron aprobados en un referendo llevado a cabo el 20 de septiembre de 2015 con un 53% a favor. Charagua-Pueblo y la Estación ferroviaria votaron por un rotundo “no” al proceso autonómico.

De esta forma, se aprobó la primera autonomía indígena -vía municipio- que para el caso de la Benemérita Ciudad, quedó conformada por tres instancias: Órgano de decisión colectiva o Ñemboati; el Órgano Legislativo o MBorakuai Simbika IYapoareta, y el Órgano o Tetarembiokai Reta Imborika (llamado TRI, que representa la máxima autoridad de coordinación de dichas instancias, que remplaza el funcionamiento de las actuales y clásicas alcaldías municipales).

El domingo 8 de enero de 2017, medio centenar de autoridades del inédito modelo de administración pública, celebraron con vítores y petardos sus nuevos cargos, extrañando la presencia del principal impulsor de este proyecto hegemónico: Evo Morales Ayma, quien antes de aterrizar en el lugar del festejo prefirió pasar de largo, tras expresar que “Me han mentido, otra vez, porque me aseguraron la participación de miles de participantes, que en este momento no los veo”.

Ahora que el país vive vientos de cambio y ante el fracaso estruendoso de la autonomía indígena, han surgido voces críticas y de lamento proveniente de las comunidades guaraníes que afirman: “Nos han abandonado. Ningún proyecto agroindustrial ha despegado, por falta de financiamiento. Hemos perdido la brújula. Es hora de reflexionar y adoptar profundas medidas de cambio que nos permita ejercer plenamente un desarrollo armónico y sostenible. Estamos a tiempo”.

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