Opinión

El Estado soy yo, después de mí el diluvio

12 de noviembre de 2019, 3:00 AM
12 de noviembre de 2019, 3:00 AM

La frase atribuida a Luis XIV de Francia identifica al rey como personificación del Estado, expresión de la monarquía absoluta. Hasta que la sociedad encuentre su rumbo sin el monarca, ese parece que será el camino por el que pretenderá llevarnos Evo Morales en este intento nuestro que la democracia vuelva a ser democracia.

Existieron preguntas frente a la situación que hoy vivimos: ¿y qué pasará el día que Evo Morales deje de ser presidente?, ¿aceptará una derrota electoral?, ¿comprenderá el papel que debe cumplir en ese nuevo escenario?, ¿pondrá un restaurant en el Chapare?

Revisando los elementos que desencadenaron la renuncia, habrá que reconocer el valor de la movilización ciudadana que venció el miedo, y el lapidario Informe producido por la Misión de Auditoría Electoral de la OEA. La Misión no se mezquinó en evidenciar la existencia de un fraude que solo pudo ser consumado desde el poder absoluto. Comprobamos una vez más, cómo la ausencia de institucionalidad democrática puede llevar al sometimiento voluntario o forzado, de la voluntad de los servidores públicos. Solo una consciencia de impunidad absoluta que garantiza el poder absoluto, puede generar estos resultados en los que el ciudadano se vuelve súbdito. Esta vez, por el acompañamiento de la Comunidad Internacional, ha sido posible lograr un resultado contundente que la política interna estaba imposibilitada. Si alguien es responsable de lo que el régimen renunciante llama el golpe de estado, primero, es él mismo que produjo lo que sabía, y después la evidencia dejada por la investigación internacional.

A quienes tengan duda, bastará hacerle llegar el informe para que su actitud si es sincera, acepte la realidad.

“Teniendo en cuenta las proyecciones estadísticas, resulta posible que el candidato Morales haya quedado en primer lugar y el candidato Mesa en segundo. Sin embargo, resulta improbable estadísticamente que Morales haya obtenido el 10% de diferencia para evitar una segunda vuelta”. “El equipo auditor no puede validar los resultados de la presente elección, por lo que se recomienda otro proceso electoral. Cualquier futuro proceso deberá contar con nuevas autoridades electorales para poder llevar a cabo comicios confiables”. 

“En los cuatro elementos revisados (tecnología, cadena de custodia, integridad de las actas y proyecciones estadísticas) se encontraron irregularidades, que varían desde muy graves hasta indicativas. Esto lleva al equipo técnico auditor a cuestionar la integridad de los resultados de la elección del 20 de octubre pasado.”

 “En el componente informático se descubrieron fallas graves de seguridad en los sistemas tanto TREP como del cómputo final. Además, se descubrió una clara manipulación del sistema TREP que afectó tanto los resultados de dicho sistema, como los del cómputo final.” Las manipulaciones al sistema informático son de tal magnitud que deben ser profundamente investigadas por parte del Estado boliviano para llegar al fondo y deslindar las responsabilidades de este caso grave.” “La existencia de actas físicas con alteraciones y firmas falsificadas también impacta la integridad del cómputo oficial.”

El responsable de esta infamia es el gobierno que mandó la ejecución del fraude, y el Tribunal Electoral Plurinacional que lo ejecutó obedientemente.

Si no Morales que por lo visto no hará nada distinto de lo que ha hecho hasta ahora, el MAS en su componente democrático tiene la responsabilidad histórica en el Legislativo de aceptar las renuncias, aprobar la sucesión, ayudar a conformar un nuevo órgano electoral creíble y realizar la convocatoria a elecciones...

La ciudadanía seguirá en las calles para garantizarlo.



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