Para este reportaje EL DEBER ingresó al corazón del Tipnis para conocer de primera mano la situación en la que viven las comunidades que se oponen a la construcción de la carretera. También conversó con líderes del Madidi que rechazan el avance de hidroeléctricas. Los indígenas están convencidos de que su lucha es por la vida. Este trabajo forma parte de la investigación transfronteriza 'Tierra de resistentes' en la que han colaborado equipos de periodistas de seis países.

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24 de abril de 2019, 10:50 AM
24 de abril de 2019, 10:50 AM

El rostro indígena de Bolivia está herido. Cada vez que se amenaza y actúa en contra de sus pueblos originarios, sangra cada vez más. Las áreas naturales del Tipnis y el Madidi, ambas en la Amazonia boliviana, son el escenario que pone en evidencia -según cuentan sus líderes- el maltrato a estas comunidades, a pesar de que este país es gobernado desde hace 13 años por el indígena Evo Morales.

El Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis), está ubicado entre los departamentos de Cochabamba y Beni. Sus pobladores han sido protagonistas de marchas hacia la sede de Gobierno y viven en emergencia por el afán gubernamental de construir una carretera que partirá en dos el área protegida donde viven desde hace cinco décadas.

Más al norte, en el Parque Nacional y Área Natural de Manejo Integrado Madidi, ubicado en la parte amazónica del departamento de La Paz en el noroeste del país, los pobladores se han opuesto a la construcción de dos hidroeléctricas y esa defensa se ha convertido en una odisea que ha traído consecuencias negativas a sus familias y poblados.

En ambos casos, hay líderes amenazados, perseguidos y acosados. Cuentan que el haber dado un paso al frente en la defensa de sus territorios les ha llevado a ser víctimas de golpizas y advertencias poco disimuladas a sus familiares de que perderán sus trabajos.