En un radio de 200 metros, media docena de locales se hallan cerca de clínicas y de colegios. Los aludidos defienden su derecho al trabajo, aduciendo que de ellos dependen muchas personas

El Deber logo
14 de julio de 2019, 4:00 AM
14 de julio de 2019, 4:00 AM

Mostrando una carta firmada por 150 vecinos, entre ellos dueños de clínicas, de farmacias, de laboratorios y de otros negocios, Nicolás Monasterio Iglesias encabeza un movimiento en procura de la clausura definitiva de los locales nocturnos de diversión por parte de la Alcaldía, para dar cumplimiento a la Ley 259, de control de expendio y consumo de bebidas alcohólicas. El hombre aduce que los ruidos estruendosos, más las ocasionales peleas callejeras, así como la suciedad, -entre excrementos y olores a orina-, no los dejan vivir tranquilos a los pocos residentes que aún quedan en las casonas del centro de la ciudad.

Monasterio tiene su casa en la calle Mercado, donde justo al lado, hasta hace cuatro semanas, funcionaban tres locales nocturnos, lo que ocasionaba que sus ancianos padres se fatiguen ante la música y las riñas. La preocupación surgió nuevamente cuando el pasado sábado uno de los boliches, misteriosamente abrió.

“Desde hace cinco años que convivimos con el ruido, pero en marzo me puse en campaña porque mi familia y mis vecinos no aguantamos más. Exigimos a la Alcaldía y a la Policía que den cumplimiento a la norma nacional, la cual, en el artículo 6, especifica que este tipo de negocios no deben estar a menos de 200 metros de colegios y de hospitales, lo que no se cumple en la zona”, dijo Monasterio.

El médico Ariel Palacios, gerente propietario de la clínica Lourdes, relató el martirio que viven los galenos y los visitantes de sus pacientes, pues la calle René Moreno se llena de vehículos que no los dejan estacionar ni circular en paz. “Los ebrios acaban orinando la acera de la clínica, eso me obligó a colocar luces más potentes a instalar cámaras, por seguridad”, añadió.

Enfrente de la clínica está el Centro Cultural Plurinacional, cuya directora, Paola Claros, dijo que se sienten perjudicados en sus actividades por el desorden que arma la gente ebria.

En la esquina de las calles Republiquetas y Chuquisaca hay un laboratorio y consultorio médico, cuyos propietarios se sienten inseguros por cuanto hay un karaoke enfrente que atiende hasta el amanecer. “La cámara que tenemos sobre la Republiquetas nos la destrozan para que no grabe el jolgorio y la suciedad que nos dejan”, indicó Rosa María Rojas, funcionaria del lugar.

Este local, en la calle Republiquetas, es uno de los más denunciados

Medidas

Ante las denuncias y muestras de descontento, Andrés Canseco, socio del boliche El Circo, uno de los aludidos, refirió que en cuatro años de funcionamiento del local nunca tuvo incidentes con los vecinos, tampoco infringieron las normas, por lo que considera que van a pagar justos por pecadores. “Nicolás Monasterio es incoherente, pues él alquilaba parte de su casa a dos boliches, ahora no entiendo su movimiento, pues nosotros defendemos el derecho al trabajo, porque los locales son nuestra forma de subsistencia y con ello le damos trabajo a otras personas”, añadió.

“En la ciudad no hay una zona especial para los boliches, como en otras urbes”, refirió Carlos Fernández, otro de los socios.

En cuanto a las medidas adoptadas por la comuna, el director de Control de Expendio y Consumo de Bebidas Alcohólicas, Miguel Ángel Ruiz, aseguró que los locales fueron cerrados.

“Hemos preparado un plan de cierre y control de locales, el cual es conocido por los vecinos denunciantes; luego vendrán los operativos”, explicó Ruiz.

Joaquín Crapuzzi, de la Secretaría de Recaudaciones (SER), admitió que su despacho es el último eslabón en la cadena para autorizar el funcionamiento de un boliche. “En el centro no hay ni un local con permiso para vender alcohol, solo para comida; entonces lo que hacen es ilegal y lo controlaremos”, anotó.

Máquina Vieja

El vecindario de la Máquina Vieja, situado en la unidad vecinal 1, continúa su lucha por lograr que la Alcaldía clausure definitivamente los bares y licorerías asentados en la avenida Uruguay, cerca del Avión Pirata, denunciando que atienden de continuo, desde las 15:00 hasta las 8:00 del día siguiente.

Ronald Vaca, presidente de la junta vecinal, indicó que en noviembre del año pasado fue la última carta que enviaron a la Secretaría de Defensa Ciudadana de la Alcaldía, para que tome en cuenta su pedido.

“Hace 14 años logramos erradicar los boliches que daban mala imagen a ese sector del primer anillo, desde entonces no hemos cesado en la lucha para que no resurjan, pero en los últimos tiempos han aparecido una decena en la Uruguay, entre la Campero y la Mamoré. Lo peor es que tenemos un colegio y dos institutos técnicos, cuyos alumnos son asediados por los ebrios”, manifestó Vaca.

Debido a que la lucha es constante y la mayoría de los denunciantes son de la tercera edad, se sienten amedrentados por los dueños de los locales. “No queremos que vuelvan a proliferar los bares como lo fue antes, pero ahora vemos que están regresando los malvivientes que acosan a las chicas que pasan solas por esas veredas, donde sacan mesas y sillas para vender bebidas alcohólicas”, indicó Luis C. A., que pidió no ser identificado por temor a sufrir represalias.

“Hasta estamos susceptibles porque la Alcaldía alguna vez cerró por dos días los locales, que nuevamente abrieron y con más fuerza, hasta nos amenazan con golpearnos por no dejarlos atender en paz. También pido la intervención de la Policía, porque nuestro barrio se está convirtiendo en zona roja”, manifestó el dirigente, que espera una pronta intervención de la comuna.

“Si no nos atienden, en las próximas semanas vamos a bloquear estas avenidas, creo que es la única forma de hacernos escuchar por las autoridades”, acotó.

Ante los reclamos, Fernando Gonzales, subalcalde del distrito 11, que comprende toda el área dentro del segundo anillo, aseguró que las denuncias no las guarda, todas las envía a la Secretaría de Seguridad Ciudadana, pues a ese despacho les compete actuar.

“Pido paciencia a los vecinos, pues la Alcaldía está preparando un plan para controlar la proliferación de boliches. Sé que ya se inició con el control de los locales en la calle Buenos Aires, el cual se extenderá pronto a los demás barrios, como Máquina Vieja o en el casco viejo”, indicó Gonzales.

Tags