Issabella vive en Almería y entre entre 500 estudiantes, clasificó como una de los 5 mejores. En mayo irá por la final regional 

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8 de abril de 2019, 6:50 AM
8 de abril de 2019, 6:50 AM

Una joyita en matemáticas, eso es Issabella Siret Roda (13). Es cruceña y vive en Almería (España) desde que tenía poco más de un año. Es hija de un administrador belga jubilado (Freddy Siret) y de una periodista boliviana (Evelín Roda). Este es el primer año que participa de la olimpiada matemática Thales y en la fase provincial logró escalar hasta estar entre los cinco mejores. De los 500 participantes clasificó entre los 20 primeros y luego entró al cuadro de honor de los cinco más destacados, lo que le da el pase para disputar la final regional de todo Andalucía que se realizará en Córdoba (España), del 9 al 12 de mayo.

Las pruebas que rindió no estaban tan centradas en operaciones, más bien tenían que ver con pensamiento lógico e Issabella salió airosa.

Un problema en particular la hizo pensar: “Me quedé estancada al principio, pero luego, cuando lo entendí, me quedé súper contenta porque realmente no estaba tan complicado. Lo empecé a resolver haciendo garabatos en torno a la figura porque no estaba muy segura de por dónde empezar ya que lo único que dice el problema es que un triángulo dividido en cinco franjas iguales de ancho (tres de un color claro y dos de un color más oscuro) tiene 145 metros cuadrados y que hay que averiguar cuántos metros cuadrados suman las dos franjas en tono oscuro. Me di cuenta que si yo hacía el mismo triángulo y lo ponía al revés y lo juntaba con el original se formaba un cuadrado y si unía las dos franjas oscuras formando una sola línea daba lugar a un quinto exacto de este cuadrado (ver foto). Entonces era simplemente cuestión de multiplicar 145 por dos y a esa cantidad dividir entre cinco para obtener la quinta parte del cuadrado y, por lo tanto, la cantidad de metros cuadrados que abarcaban las dos franjas oscuras”, explica Issabella y cuando lo hace queda claro que la resolución era realmente sencilla y que solo era cuestión de creatividad y perspectiva, algo que a muchos adultos no se les podría ocurrir.

A pocos días de la final, el concurso no le quita el sueño. “No estoy pensando en ganar, estoy contenta porque va ser una experiencia muy importante. Si gano, bien y si pierdo, me quedo con una experiencia bonita de haber visitado ese lugar y de haber conocido nueva gente interesada en las matemáticas”.

Luchar por ser diferente

Issabella reconoce que cierta parte de su clase piensa que su único tema de conversación son las matemáticas y no les hace gracia que saque buena nota o que participe en clases. “Pero estoy contenta porque las matemáticas me dan un punto distinto de las cosas. Cuando era más pequeña me hacían mucho bullying, pero no hay que fingir ser común y corriente para encajar, es importante tener claro que hay que hacer lo que a uno le gusta de verdad porque toda esa gente, que uno está pensando qué va a decir, va a desaparecer de nuestra vida y si nosotros le hacemos caso nos habremos quedado sin hacer lo que realmente queríamos hacer”.

Sin miedo a lo que piensen y digan sus compañeros que la puedan juzgar, esta adolescente de 13 años está escribiendo su historia con muchos números y pensamiento lógico. El resto del tiempo escucha música de Billie Eilish y Melanie Martinez.

Usa internet para investigar todo lo que le interesa y no se lo enseñan en el colegio y absorbe todo lo que puede aprender, en especial de las culturas que ha conocido viviendo entre España, México y Bolivia, su país natal que no visita desde hace un par de años, tiempo en que cedió a las comidas adictivas de su abuela materna, entre ellas el majao.

Issabella también disfruta de ser una latina en España, en donde es más que evidente que los chicos de familias latinas son más respetuosos con sus padres y tienen la costumbre de sentarse a la mesa y compartir.

Y como diría Karen Uhlenbeck, que hace poco se convirtió en la primera mujer en ganar un premio Abel, considerado el Nobel de las matemáticas: “No se puede pensar en mujeres matemáticas para quienes la vida haya sido fácil”, ¡pero sí que puede ser muy interesante!