Gracias a convenios intergubernamentales, este año se ha destinado una inversión de Bs 15 millones para las obras. En 10 años se han construido 1.235 kilómetros de defensivos, logrando proteger y recuperar 270.000 hectáreas de cultivos

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10 de diciembre de 2018, 4:00 AM
10 de diciembre de 2018, 4:00 AM

Existe un 80% de probabilidad de que el impacto que cause el fenómeno El Niño sea débil. Es lo que estima la Organización Meteorológica Mundial (OMM) para todo el planeta. Lo mismo puede suceder en el país, según explica Cristina Chirinos, responsable regional del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología.

Si bien es poco probable que El Niño adquiera una intensidad fuerte en el periodo que media hasta febrero de 2019, la posibilidad de que se registren precipitaciones intensas en el oriente boliviano está latente.

“La OMM no espera que el episodio de El Niño previsto sea tan intenso como el registrado en 2015/2016, pero aun así sus consecuencias serán notables. La predicción anticipada de este episodio ayudará a salvar muchas vidas y a prevenir cuantiosas pérdidas económicas”, señala el secretario general de la OMM, Petteri Taalas.

El ministro de Defensa, Javier Zavaleta, indicó en noviembre que las lluvias que se registran en el país corresponden al fenómeno El Niño. No descarta que ese fenómeno natural contemple precipitaciones pluviales “mucho más fuertes que el año pasado”.

Ante esta situación y como una forma de contar con obras de prevención y de mitigación, el Servicio de Encauzamiento de Aguas y Regularización del Río Piraí (Searpi) no baja los brazos y realiza un trabajo constante durante todo el año, según afirma su director, Luis Aguilera. “Hacemos un trabajo de hormiga durante todo el año trabajando en la prevención de desastres naturales, en la mitigación y resiliencia al cambio climático en las cuencas principales de Río Grande, Piraí, Chané, Surutú, Yapacaní e Ichilo. Este año se ha invertido unos Bs 15 millones, gracias a convenios intergubernamentales”, afirma.

Aguilera expresa que ese presupuesto es bastante bajo con relación a las necesidades, ya que urge encarar más obras en las diferentes cuencas. “Lo que más o menos se requiere, por año, son Bs 80 millones, pero con lo que tenemos hacemos lo que se puede y seguimos trabajando”, remarcó.

Según Aguilera, desde 2005 hasta la fecha, las crecidas han pasado de grandes (4 m) a extraordinarias (arriba de 4 m) y que la mayor se registró el 2014, que fue de 7,5 metros.

Obras constantes

Desde 2008 hasta 2018 se han construido 1.235 kilómetros de defensivos, entre gaviones, pilotes, colchonetas, diques de cierre, espigones, pirámides, salchichones y geotubos, además de canales pilotos para dirigir el curso del agua, con lo que se ha logrado recuperar 270.000 hectáreas de cultivos y proteger a cerca de tres millones de hectáreas en el departamento, evitando problemas de rebalse e inundaciones.

Jorge Campos, responsable del Manejo de Cuencas del Searpi, señala que gracias a ese trabajo constante, los sectores críticos y las poblaciones de los alrededores de los ríos Grande, Piraí, Chané, Surutú, Yapacaní e Ichilo, donde antes se registraban inundaciones y pérdidas de cultivos, ya fueron solucionados.

“Si se presentan nuevos sectores críticos, es debido a la deforestación en las márgenes de los ríos, por la agropecuaria desmedida, lo cual permite que los ríos rebalsen e inunden cultivos fuera de norma, infringiendo el artículo 13 de la Ley Forestal, el artículo 35 del Reglamento y la Ley 2553 del Plus Departamental”, explica Campos.

Desde 2008, agrega, vienen trabajando con los pobladores en educación ambiental para cambiar el uso de suelo en las zonas aledañas a los ríos, y ya no haya deforestación, brindándoles además de asesoramiento, herramientas para que trabajen en la apicultura y piscicultura.

Asistencia a zonas afectadas

El Gobierno nacional para esta gestión tiene asignado un presupuesto de Bs 49 millones, que son destinados para atender cualquier tipo de eventualidad, ya sea inundaciones, sequías o incendios, así como también para la prevención y educación de los ciudadanos, según informó el responsable departamental de Defensa Civil, Cnl. Óscar Suárez.

En este sentido, la semana pasada entregaron 500 piezas de mallas y 300 colchonetas de gaviones en calidad de donación para ayudar a 25 familias afectadas por el desborde de la Quebrada Chaupa, en el municipio de Porongo.

Otra población que también se vio afectada por las lluvias y que ya recibió la donación de vituallas, víveres, frazadas, cocinas, garrafas, colchonetas, carpas y otros enseres de la Alcaldía de La Guardia, fue la Brecha 3, en la comunidad La Peña, donde 11 familias fueron damnificadas.

Allí se procederá al trabajo con maquinaria pesada para la apertura de canales de tierra y así aliviar a las viviendas que quedaron anegadas.

YAPACANÍ SE DECLARA EN EMERGENCIA

El municipio de Yapacaní se declara en emergencia municipal para poder enfrentar los daños causados por las inundaciones y riadas provocadas por las intensas lluvias de los últimos días, tanto en la zona urbana como rural.

Así lo informó José Manuel Ignacio Fita, responsable de la Unidad de Gestión de Riesgo, a tiempo de indicar que los recursos económicos se habilitan para realizar trabajos de canales de drenaje y otras obras necesarias. “Estamos trabajando con las direcciones de Obras Públicas, Ordenamiento Territorial, Tráfico y Transporte, Medio Ambiente, además de algunas empresas privadas que van a prestar su maquinaria para la limpieza. Vamos a construir canales de drenaje y obras de alcantarillado, que es lo que hace falta”, explicó Fita.

Realizarán, además, la limpieza del los ríos Agua Dulce y Hondo, que lamentablemente están llenos de sedimento y residuos sólidos, que son dos de las causas de los rebalses e inundaciones./Soledad Prado

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