El sujeto confesó el hecho a la Felcv, pero ante la Fiscalía dijo que la niña falleció de forma natural, mientras que el niño había sido, supuestamente, victimado por la madre. El sospechoso vivía con otra pareja que fue arrestada para investigarla

El Deber logo
23 de febrero de 2019, 4:00 AM
23 de febrero de 2019, 4:00 AM

Una llamada anónima que recibió la Policía permitió el hallazgo del cadáver de una mujer en una quinta en el barrio 4 de Agosto, cerca de las Lomas de Arena. A 100 metros, la pareja de la fallecida fue aprehendida en una vivienda precaria donde vivía como casero con otra mujer de nombre ‘Cindy’, que fue arrestada para indagar si está involucrada en el hecho, mientras que su hija de tres años fue recogida por personal de la Defensoría de la Niñez y Adolescencia.

El hecho empezó a investigarse como un nuevo caso de feminicidio, pero pasado el mediodía de ayer se tornó aún más macabro cuando el sujeto reveló que había matado a dos de sus cinco hijos.

Los cadáveres

El director de la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (Felcv), Richard Cordero, con la fiscal Alejandra Ávalos participaron del levantamiento legal del cadáver de la mujer, cuya muerte, por su aspecto y por el testimonio del sospechoso, data de hace dos meses.

Las autoridades se movilizaron hacia el barrio El Fuerte y buscaron en un monte donde el hombre dijo que había arrojado el cuerpo de su niña de menos de un año. Allí solo se halló una bolsa, en la que se presume que había llevado el cuerpo hace unos cinco meses.

Posteriormente se dirigieron a una casa en el Plan 4.000, donde el sujeto vivió en alquiler el año pasado. Se tuvo que usar una retroexcavadora para perforar el piso del patio y encontrar los restos de una niña, hija del sospechoso.

Las versiones del sujeto

Cuando fue capturado por la Felcv tras hallar el cadáver de la mujer, a 100 metros de donde el sujeto vivía con su otra pareja, este manifestó que la madre de sus hijos había fallecido al caer de su moto hace dos meses y que llevó el cuerpo a la quinta. También se conoció que la mujer constantemente lo buscaba para que le diera dinero para la manutención de sus descendientes.

Sin embargo, luego reconoció que había cometido los crímenes, por lo que la Felcv empezó a encarar la investigación por los delitos de feminicidio y doble infanticidio, señaló Cordero.

No obstante, el fiscal departamental, Mirael Salguero, señaló que la fiscal que investiga el caso, Alejandra Ávalos, le reportó que el detenido adujo que uno de sus hijos falleció por causas naturales hace un año, mientras que el otro infante había sido supuestamente victimado por su propia madre (ahora fallecida).

Salguero agregó que, sin embargo, las indagaciones apuntan a que el sujeto pudo haber tenido participación en la muerte de la mujer y la de sus hijos, por lo que se espera que los resultados de los exámenes forenses practicados a los cuerpos den luces sobre las causas de sus decesos.

En la zona de la quinta

Guillermo Méndez, que vive al lado de la Quinta Paraíso donde fue encontrado el cuerpo de la mujer, recordó que él ronda esa propiedad por encargo del dueño y que jamás imaginó que entre el alambrado y la construcción, en medio de los pastizales hubiera estado el cadáver de la mujer. Al ser la zona una pampa amplia donde el viento sopla fuerte, tampoco percibió olor que le hiciera sospechar.

La casa del sospechoso

A 100 metros de la quinta el sospechoso vivía como casero en una casa construida con paredes de plancha metálica, techo Duralit y sin ventanas. Adriana Herrera, que vive frente a esa casa, señaló que el hombre y la mujer, identificada como ‘Cindy’, llegaron allí en octubre del año pasado, primero con cinco niños, pero luego se quedaron solo con la menor de tres años porque los otros se habrían ido a vivir con su abuela, según contó el sospechoso. “Yo no tenía contacto con ellos, eran muy reservados”, dijo.

Vecinos del Plan 4.000

El año pasado, el hombre vivió en alquiler en una casa en ese barrio, también aledaño a las Lomas de Arena, donde los vecinos indicaron que era mecánico y mototaxista.

Una vecina que pidió no ser identificada dijo que allí vivía con una mujer y cinco niños, los cuales sufrían maltratos físicos. Otra relató que el año pasado apareció una mujer (presuntamente la fallecida) con la foto de una bebé, afirmando que el sujeto se la había arrebatado y luego le dijo que la había ‘extraviado’.

REPORTAN DOS FEMINICIDIOS EN COCHABAMBA

El comandante departamental de la Policía, Raúl Grandy, informó que se registraron dos nuevos casos de feminicidio en las ciudades de Quillacollo y Cochabamba. Detalló que una de las víctimas recibió más de 30 puñaladas en el pecho, mientras la otra fue golpeada y quemada.

Por su parte, el director de la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (Felcv), John Klaus, informó que la víctima del primer caso fue Máxima Marca Rojas, de 33 años, y precisó que su cuerpo se encontró en una casa, entre las calles Beni y General Pando, del municipio de Quillacollo.

Informó que se estableció que la data de la muerte fue de siete días y se presume que el autor del feminicido es un mecánico, que tenía una denuncia previa por violencia intrafamiliar.

“A primeras versiones del dueño de casa, serían bebedores consuetudinarios (...) Ellos ya habían tenido algún problema desde diciembre que han hecho la denuncia correspondiente”, explicó.

Dijo que el segundo caso se registró en la zona de La Chimba, en la ciudad de Cochabamba, donde se encontró el cadáver de una mujer, aún no identificada, de alrededor de 31 años de edad.

La autoridad policial señaló que el cuerpo fue encontrado sobre un colchón con signos de violencia y de haber sido quemada.

“Aparentemente estaba tapada con cartones y estaba quemada la cara y los brazos. Alrededor se encontraban algunos elementos como alcohol, fósforos, esas cosas”, complementó, además de referir que la data de la muerte oscila entre siete y ocho días.

Entre otros datos que arroja por el momento la investigación, Klaus explicó que la dueña de la vivienda manifestó que había alquilado esa habitación hace un mes a un súbdito brasileño que se ganaba la vida vendiendo dulces en la terminal de buses. /ABI

Tags