El historiador cubano presentó el libro El dedo en la llaga en la Casa del Pueblo, auspiciado por la Escuela de Gestión Pública Plurinacional (EGPP). Fue secretario de la Unión de Jóvenes Comunistas y diputado de la Asamblea Nacional. Dictó un curso a la guardia presidencial y presentó un libro en un acto al que acudió el presidente

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17 de marzo de 2019, 5:00 AM
17 de marzo de 2019, 5:00 AM

Hassan Pérez Casanoba (41) es un historiador, escritor y exdiputado cubano que dictó un curso a la guardia presidencial sobre ´injerencia política´. Presentó el libro El dedo en la llaga, auspiciado por la Escuela de Gestión Pública Plurinacional (EGPP), en un acto al que acudió el presidente Evo Morales, quien destacó la obra. En Santa Cruz participó en el conversatorio sobre la “injerencia” de Estados Unidos en la región.

 ¿Qué análisis hace de Bolivia, tomando en cuenta el proceso de cambio que se lleva adelante y el contexto internacional?

Bolivia es un símbolo por lo que ha ocurrido en los últimos 13 años. Es un proyecto de cambio y de dignificación del ser humano. Creó un nuevo paradigma en las relaciones interpersonales y a escala internacional. Por ejemplo, hace unas semanas el vicepresidente Álvaro García Linera entregó distinciones a estudiantes de un colegio de Viacha, que había ganado un concurso internacional de robótica. Tiene mucho que mostrar, una de las cosas que más sobresalen en el exterior es su modelo económico. Creo que ‘a la boliviana’, vestidos con el traje del Estado plurinacional, avanzaron comprendiendo los desafíos que se ciernen sobre la región de manera hemisférica. La suerte de nuestra región pasa por varios países; Venezuela, Cuba, Nicaragua y Bolivia.

 Recientemente dictó un curso sobre injerencia a miembros de la Unidad de Seguridad Presidencial (USP), formado por militares, ¿por qué es importante esta formación para las Fuerzas Armadas?

Hemos tenido cursos generales. No solo con militares, sino con distintas instituciones. Es importante que como pueblo tengamos instrumentos y herramientas teóricas, metodológicas, culturales e históricas para entender que nos trajo hasta aquí y la dimensión de los desafíos que tenemos por delante. Ese fue el propósito de ese intercambio.

 En el conversatorio se planteó que los llamados a defender el proceso de cambio son el pueblo, las organizaciones sociales y los militares, ¿coincide con esta visión?

Yo creo que sí. En Cuba tenemos una experiencia de más de 60 años. El pueblo en su más amplia diversidad tiene esa gran responsabilidad. Es decir, movimientos obreros, estudiantiles, militares, sindicales, mujeres. Hay un nuevo sujeto, más participativo y plural que décadas atrás. Esa es la gran tarea que tenemos todos; contribuir a construir un sujeto pensante, crítico y transformador que esté en el centro de todas sus acciones. El gestor de sus destindo y el garante de la perdurabilidad de un proceso. No es una tarea fácil, de un día, tiene que ver con la emancipación económica, pero en primer lugar ideológica e histórica. Estamos en eso desde la capacidad de escuchar y dialogar. Es un año complejo para América Latina, seis procesos electorales, entre ellos Bolivia, pero debemos tener confianza en las reservas morales, el conocimiento y sagacidad de nuestros pueblos para comprender la hondura de lo que está adelante y cuales son los caminos que debemos escoger.

 Un extranjero hablando de política en Bolivia, ¿no se debe tomar eso como injerencia?

No hablo de política, hablo de temas históricos, pero es inevitable tocar temas de política pero lo hago con mucho respeto. No incursiono en ninguna discusión, ni me entrometo en temas internos. Mi curso es sobre historia de América Latina y pongo como dice el título de mi libro ‘el dedo en la llaga’. Pongo sobre la mesa con argumentos, conocimiento y respeto los hechos que con suficiente elocuencia nos enseña la historia.

 La oposición venezolana denunció ante el Grupo de Lima que hay agentes cubanos infiltrados en el Ejército de Venezuela para perseguir a los que se oponen a Nicolás Maduro, ¿cuál es la respuesta?

Es tonto creer que un país como Venezuela puede estar dirigido. Dijo Fidel Castro sobre Venezuela que es la madre del proceso independentista. Decir que est{a infiltrada es una manera de ultrajar al ejército. Hay que recordar la fuerza y convicción con que Padrino López (ministro de Defensa) le respondió a Donald Trump (en febrero de este año) ante las amenazas de imponer un ‘gobierno títere’. Lo que pasa es que cuando se acercan los procesos electorales se multiplica ese tipo de información que pretenden manipular a un ciudadano promedio que trabaja hasta 16 horas al día y se queda sin tiempo para leer un periódico.