Desde actos entre amigos, hasta actividades organizadas por vecinos y colegios, el reto está empezando a pegar. Para el activista Prado está bien la idea, pero reclama que la tarea principal es del municipio

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24 de marzo de 2019, 9:30 AM
24 de marzo de 2019, 9:30 AM

En cinco días que pasaron desde que Rui Terrazas subió a Facebook la foto del antes y del después de haber limpiado un basural por El Torno junto a sus amigos (Armando Delgado y Brayan Bustos) cosecharon más de 2.000 compartidos y más de 1.300 me gusta. Los tres jóvenes técnicos agrónomos tardaron cuatro horas en llenar 19 bolsas grandes y quedaron satisfechos con el logro, tanto que ya están pensando cuál será el siguiente paso para hacer algo por el planeta.

Ellos se sumaron al challenge (reto) mundial que está viralizando por redes sociales el limpiar el planeta haciendo cada uno su parte. Esta semana los alumnos del colegio Soria School, entre 12 y 14 años, empezaron a llenar bolsas con plásticos y toda basura que encuentran a su paso a lo largo del recorrido que transitan a diario rumbo al colegio que está en la avenida Irala. “Queremos incentivar a los niños, profesores y padres de familia a hacer algo. El medioambiente nos está devolviendo parte del daño que ya se le ha hecho, lo vemos con el cambio climático, con días de sol y de pronto llueve”, dice Flor Jiménez, madre de familia. La actividad tiene entusiasmados a los chicos. “Han recolectado hartísimo en la plazuela Calleja, por el Zoológico y la Irala. Lo hacen por amor al planeta, no por puntos”, detalló.

La directora del colegio, Elizabeth Rodríguez, contó que vieron el reto en las redes sociales y quisieron ser el primer colegio en reproducirlo. “Por más que se limpie, la gente sigue ensuciando y al enseñar a los niños a tener ese cuidado, estamos reeducando a los mayores”, explicó.

Juliana Barrientos (13), de primero de secundaria, es parte de este challenge. Para ella vale la pena incentivar para que todos reciclen y cuiden el planeta. Por su parte, Rodrigo Molina, otro voluntario de sexto de primaria reta a otros colegios a hacer lo mismo. Y para que la iniciativa se contagie, los profesores del Soria School que trabajan en otras unidades educativas en el turno de la tarde van a trasladar el reto. Es así como los colegios Félix Bascopé, Jesús Maestro, Boliviano Holandés, María Goretti, Gualberto Villarroel, Cervantino, Gualberto Apaza, 10 de Noviembre y Holanda ya fueron conminados.

Vecinos por Porongo

Vanina Montemuro vive en el Urubó y empezó a movilizar a sus vecinos y amistades preocupada por el mundo que va heredar a sus hijas. Es una de las activistas de Vecinos Unidos por Porongo que organizaron con éxito una primera jornada de limpieza en junio de año pasado y el 2 de febrero repitieron la hazaña. Tienen planificado hacerlo de nuevo el 4 de mayo, el 3 de agosto y el 9 de septiembre.

“Esto es un movimiento de vecinos, nadie le dedica el cien por ciento de su tiempo”, confiesa con franqueza y también revela que siempre pensaron involucrar a las autoridades, pero nadie respondió las cartas extendidas.

“Esto no es trabajo mío ni de nadie que quiera cambiar el mundo, es obligación de los que cobran nuestros impuestos, las autoridades”, subrayó.

Mientras tanto, en sus horas fuera del trabajo se “raja”, buscando la logística necesaria. “Donde voy a hablar me dicen cuánto quiere y eso es lo bonito”, dice, por eso es que sigue con este esfuerzo que esta última vez reunió a unas 300 personas que calzaron las zapatillas más cómodas para caminar y limpiaron por grupos desde el cuarto anillo (ingreso al puente del Urubó) hasta Porongo. Lo hicieron de 13:00 a 18:00. Vanina cree que hay que seguir.

 

ANÁLISIS

“No es esperable que sea la gente la que se ocupe del aseo”

José Antonio Prado / ACTIVISTA CIUDADANO

El aseo urbano es uno de los aspectos en los que más se nota la cultura ciudadana. Lo primero que se dice es que la gente no se educa o que gestiona mal el aseo urbano, pero la gente no aprende por sí sola. Es como que tenga un hijo y espere que solito aprenda a leer y a escribir, cuando en realidad hay tareas que hay que gestionar para que aprenda.

Cuando empezamos con el tema de formación ciudadana como Revolución Jigote elaboramos junto a Captura Consulting un indicador para poder medir si lo que estábamos haciendo estaba funcionando. Pudimos medir por cuatro años. La ciudad partió con un índice de cultura ciudadana de 33% (2013) y llegamos a un 37% (2016). Se mejoró, pero (como cruceños) seguimos estando aplazadísimos.

Hay que revisar quién tiene qué competencias y responsabilidades y qué presupuestos maneja para enfocar bien. Nosotros tenemos un gobierno de ciudad que administra millones que son nuestros. Los ‘challenge’ (retos) me gustan como termómetros para ver qué cosas prioriza la gente y qué tanto le molesta tener una ciudad inmunda. Los que tienen carácter proactivo dicen yo quiero hacer mi parte y se ponen a limpiar, pero esto de ninguna manera está pensado para ser sostenible, son pequeños brotes de una expresión, además, no es esperable que sea la gente la que se ocupe del aseo urbano, porque es insalubre y es peligrosísimo que se corten y se infecten, para eso existen empresas especializadas que cobran carísimo y que tienen equipos, personal, etc. El challenge es un bonito gesto, capaz que nosotros vamos a sumarnos, pero como un llamado de atención, para decir miren señores de la Alcaldía, nosotros ciudadanos estamos haciendo el trabajo que ustedes deberían hacer.