La declaratoria de desastre fue crucial para iniciar las labores conjuntas que empezaron a mitigar el fuego en distintas zonas de Santa Cruz. Roboré es el municipio que más preocupa. Envían ayuda

El Deber logo
19 de agosto de 2019, 7:00 AM
19 de agosto de 2019, 7:00 AM

Tuvieron que incendiarse 471.622 hectáreas de pasturas y bosques (incluyendo áreas naturales protegidas) para que las autoridades vayan tras los responsables del fuego que afecta a varios municipios del departamento cruceño.

Según datos oficiales, Santa Cruz concentra el 68% de los 31.000 incendios registrados en lo que va de año y que dejan una cicatriz en la salud de la población y un gran daño a la flora y fauna endémica.

Los datos corresponden a la Autoridad de Fiscalización y Control Social de Bosques y Tierra (ABT) y fueron expuestos por su director ejecutivo, Clíver Rocha. “A todo pirómano, quemador irresponsable que esté jugando con el fuego y ponga en riesgo la salud de la población y los bosques, lo vamos a aprehender y lo entregaremos a las autoridades”, sentenció.

Una brigada de 60 efectivos (o más) de la ABT, las Fuerzas Armadas y el Ministerio Público se desplazará hoy a San José de Chiquitos, Roboré, San Ignacio de Velasco y El Carmen Rivero Tórrez para rastrillar las zonas afectadas e indagar hasta dar con los principales responsables, de acuerdo con Rocha. También hay 600 policías que coadyuvarán a estas labores y a la mitigación de los incendios.

Pero el titular de la ABT también hizo un ‘mea culpa’. Admitió errores y exhortó a los distintos niveles del Estado (incluido el Gobierno central) por no incidir en políticas de prevención y solo actuar en momentos en el que el fuego no perdona.

“Es algo de todos los años y a estas alturas la tecnología nos permite saber sobre tiempos complejos. Hay que hacer una reflexión y no solo actuar en los momentos de desastre”, manifestó, a tiempo de agregar que otro crimen es la politización de estos casos que apuntan a la misma causa: la mano del hombre.

Rocha recalcó que hay una resolución vigente que estipula que las quemas de cualquier índole están prohibidas, pero al ser consultado sobre la derogación de las normas que permiten el desmonte y chaqueos en zonas productivas, este negó que se vaya a realizar tal acción, sino que en adelante se tomarán previsiones y, de acuerdo con los pronósticos de precipitación, serán autorizadas.

Ayer también se dieron la mano la Gobernación de Santa Cruz y el Ministerio de Defensa. Vale recordar que el mandatario cruceño, Rubén Costas, declaró al departamento como zona de desastre, lo que facilitó la cooperación del Estado, que se sumó a los funcionarios y voluntarios desplegados en las diferentes áreas de Santa Cruz.

“La situación es complicada, pero damos la certidumbre de que con el trabajo conjunto a la declaración de desastre se están tomando las previsiones. No tiene que haber desesperación”, expresó el gobernador.

La voz de tranquilidad fue compartida por el ministro de Defensa, Javier Zavaleta, quien aseguró que la cantidad de quemas está disminuyendo, es decir, que no es la misma de días pasados, donde la desesperación invadió a la región chiquitana y al Chaco. Activar los planes de ayuda internacional no son prioridad en la agenda estatal; sin embargo, el apoyo por tierra y aire no deja de ser necesario.

Los dos helicópteros dispuestos por Defensa Civil todavía trabajan en Roboré y hay otros tres que están listos para utilizarse en caso de emergencia. A esto se suman seis carros cisternas que trabajan en los espacios afectados y otros dos que son propiedad de la Gobernación.

Después de un sobrevuelo por la Chiquitania, el ministro resaltó que la ABT está trabajando para dar con los responsables, ya que “está claro que los incendios fueron provocados por mano humana y no por cuestiones naturales”.

El viceministro de Defensa Civil, Óscar Cabrera, agregó que son 150 efectivos y fuerzas de la Quinta y Octava División del Ejército las que están movilizadas en las zonas afectadas y que los daños serán cuantificados en los próximos días. De momento se conoce que tres viviendas roborenses fueron calcinadas y serán repuestas. También se acordó llevar más medicamentos a los centros de salud.

CONSECUENCIAS DEL FUEGO YA AFECTAN AL SECTOR PRODUCTIVO
Al menos 200 predios en el municipio de Roboré están afectados por los incendios que ‘azotan’ a la Chiquitania, informó Carlos Ragone, secretario general y vocero de la alcaldía de Roboré. En este municipio están registradas unas 45.000 cabezas de ganado bovino y 400 productores.

Y esta no ha sido la única situación. Según Ragone, los ganaderos del municipio también están ‘padeciendo’ las consecuencias de una helada y por sequías registradas en las últimas semanas. “Al menos la mitad de los productores tienen algún problema”, señaló el funcionario.

Hasta el momento, el perjuicio para los ganaderos roborenses (por pérdidas de peso y abortos en los animales, entre otros inconvenientes) supera el monto anual que recibe el municipio por coparticipación tributaria, el cual asciende a Bs 12 millones.

Por otro lado, en San Ignacio de Velasco, unos 600 predios ganaderos, que abarcan una extensión de más de 3,3 millones de hectáreas, están en riesgo. En este municipio el hato ganadero registrado supera las 478.000 cabezas. Además, existen 85.000 equinos, 25.000 aves, 10.000 porcinos y 5.000 caprinos.

Los incendios también afectan a Beni, especialmente las zonas de Iténez y Mamoré. Abdón Nacif, presidente de la Federación de Ganaderos de Beni, señaló que hasta el momento unos 200.000 bovinos padecen por la falta de pastura y se tuvo que movilizarlos a otras propiedades. Según la ABT este sector del territorio nacional está bajo control.

Los helicópteros del Estado se movilizaron desde tempranas horas para sofocar los incendios cercanos al Valle de Tucabaca, un punto a favor

Problemas en municipios

En San Rafael, uno de los municipios donde más de 110.000 hectáreas (más del 10% de su jurisdicción) fueron consumidas por las llamas, las autoridades sesionarán hoy para emitir la declaratoria de desastre, según el alcalde Julio Alviz.

La necesidad urgente se centra en cisternas y personal que mitigue el fuego.

Si bien se aplacó cierta parte de los incendios en Roboré, el burgomaestre Iván Quezada apuntó fallas en servicios de electricidad y dotación de combustible a las aeronaves que trabajan en el lugar. Mientras que el alcalde de San Miguel, Óscar Hugo Dorado, señaló que el problema se centra en la sequía y el racionamiento de agua para consumo humano y animal, también estiman emitir declaratoria de desastre.