El autor del doble feminicidio cumplirá su condena de 30 años en el pabellón de máxima seguridad de Palmasola.

28 de abril de 2024, 14:04 PM
28 de abril de 2024, 14:04 PM

Cristian Franco Condori, el hombre que confesó haber asesinado brutalmente a dos mujeres en Santa Cruz, ya se encuentra recluido en la cárcel de Palmasola, donde cumplirá una condena de 30 años sin derecho a indulto.

Debido a que las autoridades lo consideran uno de los reclusos más peligrosos del país, por la crueldad con la que cometió los crímenes, Condori fue ingresado al PC-7, el pabellón de máxima seguridad de la cárcel.

El pasado 24 de abril, Condori se presentó ante la justicia y confesó ser el autor del doble homicidio. Aceptó un proceso abreviado y una condena de 30 años de cárcel.

Tras su ingreso a Palmasola, Condori ha mantenido un perfil bajo. No ha hablado con nadie ni ha recibido visitas. Según las autoridades, solo su madre, una profesora de Yapacaní, lo ha visitado una vez para entregarle ropa y dinero.

Los crímenes

Los crímenes de Condori conmocionaron a la sociedad cruceña. El primero de ellos ocurrió el domingo 15 de abril, cuando asesinó a Viviana Cabrera Gonzales de 21 años y enterró su cuerpo en la habitación que alquilaba.

Una semana después, el 22 de abril, Condori mató a Carla Patricia Durán Montero de 26 años. Tras el crimen, el propio asesino llamó a la policía para confesar su acto y decir que estaba encerrado en la casa porque había perdido la llave.

Al llegar al lugar, los agentes encontraron el cuerpo de Durán Montero y, tras la confesión de Condori, descubrieron el cadáver de Cabrera enterrado en otra habitación.

Las investigaciones

Las investigaciones de la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (Felcv) y la Fiscalía determinaron que Condori conocía a sus víctimas porque les vendía tarjetas telefónicas en su negocio.

Ganó su confianza y las invitó a beber alcohol, antes de asfixiarlas con su propio brazo.

Declaraciones del asesino

En su declaración en la Fiscalía, Condori dijo que "estaba cansado de la vida" y que "quería experimentar matándolas". También confesó que "nunca me bautizaron y me alejé de Dios".