Primerizas. Madres que se estrenan en esta feliz etapa de la vida, experimentan raras sensaciones, temores y alegrías

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22 de mayo de 2019, 4:00 AM
22 de mayo de 2019, 4:00 AM

Las mujeres en estado de gravidez, en estos años, asisten a clases de cómo aprender a respirar y cómo reconocer las contracciones cuando llega el momento de desembarazar; pero nadie les enseña que es lo que sentirán cuando por primera vez la mamá llega a casa después del parto.

Las madres primerizas enfrentan un mundo de sentimientos encontrados y no conocen cuál es la mejor manera de expresarlos, más aún cuando a esta nueva situación se suma el tener que sonreírles a todos, porque se supone que es feliz por haber gestado una vida.

“Para la mamá primeriza, sería de mucho beneficio buscar el apoyo de otras mujeres, sea su madre, su hermana o una amiga y, de esta manera ellas, podrían asistir a la nueva mamá en lo que necesite, en esta faceta tan desconocida”, aconseja Laura Vaca Pereira, especialista en medicina ayurvédica.

Para tener un control de sus emociones, en esta nueva etapa, las mujeres necesitan tener a su pareja muy cerca, para que la contenga y asista en todo el proceso de la crianza. “Las mamás principiantes necesitan saber que los sentimientos de confusión e inseguridad, no solo son normales, sino que son el comienzo de lo que significa ser mamá”, remarca la instructora certificada del Centro Chopra, que propaga la filosofía de meditación, espiritualidad, equilibrio y bienestar.

Señales y alarmas

Existe un término que se llama depresión de posparto y, tras ello, existen síntomas que se presentan luego del nacimiento, a los que debemos poner atención.

Si los indicios del decaimiento se intensifican y perduran más de un mes después del parto, la mujer necesita un tratamiento, debe acudir a su médico para que el indique los pasos a seguir. La depresión de posparto tiene síntomas como sufrir crisis de angustia, llanto espontáneo, sentimiento de inutilidad, culpa y pérdida de interés en las actividades, incluida la relación con el bebé.

Muchas mamás se sienten inseguras, les preocupa quedarse a solas con el bebé, tienen miedo de bañarlo o lastimarlo de alguna manera; todo ello, porque una cosa es haber pasado un curso donde practicaron con un muñeco y otra, es tener al pedazo de su carne y su sangre entre sus manos, lo que las lleva a creer que no podrán cumplir con la tarea.

“Son tantas las inseguridades que una mamá primeriza siente, que lo más importante es que en todo momento se sienta contenida y para ello debe buscar apoyo y no aislarse y sufrir sola. El mejor consejo, es que no se sobre exija y que sepa rechazar las exigencias de otros; recordar siempre que después del parto el estado emocional de una mujer es un torbellino que, con paciencia, tranquilidad y con expectativas realistas podrá sentirse bien con su bebé y consigo misma. Respire, relájese y disfrute esa experiencia maravillosa, que pronto todo vuelve a la normalidad”, concluye Vaca Pereira.