Opinión

cara a cara

El Deber logo
21 de agosto de 2019, 4:00 AM
21 de agosto de 2019, 4:00 AM

Una puñalada en el centro del bosque. A escasos kilómetros del centro de la capital cruceña y en la zona del Jardín Botánico, el sindicato de trabajadores de la Universidad Gabriel René Moreno construyó, sin ficha ambiental, un predio con cabañas y piscinas sin permiso, violando normas y leyes de todo tipo.

El predio de 1,5 hectáreas fue “limpiado” afectando a más de 200 tipos de aves, entre otras especies. El impacto en la flora y fauna del lugar es de gravedad. Y además del daño, no disimulan en manifestar que están dispuestos a negociar.

¿Quién paga ahora los platos rotos? O dejaremos a la suerte del olvido que pasen las cosas para sorprendernos algún día y ver que ha sido habilitado y que el uso del predio trae muchos beneficios para todos.

El transporte público (que es privado) en Santa Cruz de la Sierra quiso mostrar sus fuerzas y sacó de servicio 4.000 unidades durante dos mañanas y los sembró en el segundo anillo, en rechazo al reglamento de la Ley de Movilidad Urbana que dispone los Buses Rápidos de Transporte (BRT) que se pondrán en unos meses en vigencia en el primer anillo de esta capital.

Miles de usuarios se quedaron sin servicio y otros miles sin saber por dónde evitarlos para poder llegar a horario a sus obligaciones diarias. Se desconoce qué han logrado, pero se sabe del malestar de la gente. Las disculpas no alcanzan y el servicio, que no mejora, siente que las normas le amenazan a sus viejas prácticas laborales y su usual desprolijidad hacia las leyes establecidas.

Tags