Opinión

cara a cara

El Deber logo
21 de febrero de 2019, 4:00 AM
21 de febrero de 2019, 4:00 AM

En la víspera de las movilizaciones por el 21-F se anunciaron dos detenciones por el caso Lava Jato. Dicen que en la política no hay casualidades, sino “causalidades”. Es llamativo que las aprehensiones se activen en este momento y resulta natural que disputen los titulares de la agenda informativa, en un día que el Gobierno quisiera enterrar o no recordar. Sin embargo, siendo bien pensados, toda acción que busque esclarecer y sancionar hechos comprobados de corrupción siempre será bien recibida. De todos modos, no se puede dejar de ser mal pensados, sobre todo en un año nítidamente electoral, en el que lo que mayormente se busca es ganar adhesiones o destrozar al rival.

A propósito de candidaturas, empezaron los primeros problemas para Carlos Mesa. La denuncia del caso Tersa, que involucra a un funcionario de la Alcaldía paceña, comandada por su principal socio político, lo llevó a un ágil desmarque para no ser salpicado. De otro lado, en el FRI surgieron algunas voces disidentes que piden la nulidad del acuerdo de ese partido con el expresidente. Comienzan las escaramuzas de la que será una de las más feroces luchas por el poder.

Mientras el presidente promulgaba ayer la ley del SUS, las noticias en salud no eran tan alentadoras. En la maternidad siguen sin resolver algunos problemas estructurales que provocan dolores de cabeza. De otro lado, en las últimas horas se reveló la escandalosa existencia de la donación de una clínica oftalmológica al hospital San Juan de Dios en 2015, por un médico de origen boliviano que vive en España, cuyos equipos estarían, una parte, en un almacén, y, la otra, en la Aduana. No podemos entusiasmarnos con el SUS si en el día a día tenemos problemas tan elementales sin resolverse, producto de la desidia y de la burocracia.

Tags