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9 de noviembre de 2018, 4:00 AM
9 de noviembre de 2018, 4:00 AM

Casi simultáneamente al pronunciamiento del Conade, que argumenta que el TSE incurrirá en un “golpe de Estado” si habilita a Evo Morales como candidato presidencial, en las últimas horas apareció un spot usado por el Órgano Electoral en la previa del 21-F en el que se sostuvo que si ganaba el No el binomio gubernamental estaría imposibilitado de postularse. Suman las advertencias, además que aumentan las presiones a los vocales electorales que deben tomar una decisión el 8 de diciembre. Parece inevitable ya a estas alturas que los árbitros de los comicios se ubiquen en medio de un fuego cruzado. La posición que asuman será seguramente celebrada por unos y combatida por otros. En consecuencia, cabe esperar que los vocales estén iluminados y decidan lo que les dicte la conciencia y las normas nacionales.

El caso Lava Jato tiende a politizarse y, por lo tanto, la investigación camina a contaminarse. Es evidente la intención de comprometer a un candidato presidencial y, en el lado contrario, a autoridades del actual y del anterior Gobierno. Lo último que se conoció es que supuestamente algunos parlamentarios se habrían reunido en 2005 con ejecutivos de Camargo y Correa, quienes le dieron un “adelanto” para que aceleren una ley. No sorprendería que haya ocurrido. Corresponde alentar una pesquisa, pero libre de la contaminación preelectoral.

El superclásico argentino tiene en vilo no solo a los hinchas de Boca y de River. Hay una gran expectativa mundial por la primera e histórica final mañana de la Libertadores. Lo deseable, sin embargo, es que los fanáticos no conviertan un partido de fútbol en una guerra sin cuartel.

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