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20 de octubre de 2018, 4:00 AM
20 de octubre de 2018, 4:00 AM

¿Para qué hacen primarias los partidos? Para democratizarse y/o renovar sus liderazgos. Es decir, para evitar el caudillismo, para que no hayan dueños de los militantes, para impedir la autoelección de candidaturas, etc., etc. Suponemos que la ley de las primarias de Bolivia tenía ese sano propósito cuando la pensaron. Sin embargo, como se ve ahora el escenario previo a las internas, podríamos no solo estar ante una ilusión, sino que, probablemente, estemos en puertas de sufrir otra manipulación. ¿Tienen sentido las primarias de enero si los partidos presentan binomios únicos? ¿Tienen sentido con Evo Morales y García Linera sin rivales en el MAS? ¿Tienen razón de ser con Carlos de Mesa sin adversarios en el FRI? ¿Lo tienen con Samuel Doria Medina sin alguien que le dispute el liderazgo en UN? ¿Lo tienen con Costas sin rivales en Demócratas o con Patzi sin adversarios en su organización? ¿Lo tienen con Víctor Hugo Cárdenas o con Jaime Paz sin rivales en los partidos a los que pretenden representar? Deseamos respuestas auténticas para convencernos de que lo de enero será un ejercicio real de democracia y no una farsa más para disfrazar el caudillismo crónico o una herramienta para que algunos ganen tiempo en la pugna por el poder. Que los partidos nos den cuanto antes señales claras de que están absolutamente comprometidos con los beneficios de la competencia electoral interna y que vale la pena gastar tiempo y millonarios recursos en este proceso. Perdón por tanto escepticismo, pero ya nos engañaron bastante.

El Fenavid está en marcha. Es el único Festival Internacional de Cine en Bolivia que sobrevive a puro pulmón y gracias a los desvelos del gran Alejandro Fuentes. La cartelera y los invitados están ahora una vez más de lujo.

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