Opinión

¿Y ahora qué?

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29 de abril de 2019, 4:00 AM
29 de abril de 2019, 4:00 AM

La Policía es desmontada pieza por pieza, como un mecano, conforme se comprueba cuánto ha penetrado el narcotráfico en sus filas y en sus rangos. El viejo sueño de los militares, que habían sido derrotados en 1952, se está cumpliendo, no en Villa Victoria: en todo el país. Umopar se había atrevido a perjudicar operaciones ilegales en Chapare, y eso provocó las furias del Olimpo cocalero. Toda la Policía está ahora condenada. Debe desaparecer o ser engullida por las FFAA.

Los cocaleros de los Yungas están también en desgracia, porque decidieron cuestionar el predominio de los chapareños en la política cocalera. La ‘justicia’ tiene enmanillado a Franklin Gutiérrez, el cocalero yungueño que se atrevió a decir que también podría aspirar a ser presidente, luego de que el cocalero del Chapare lo había conseguido.

Algo parecido ha ocurrido con el INRA, que se dedicó a transferir tierras a los revendedores o a los agentes de los cocaleros, ante la complacencia de las ONG, que viven de decir que protegen la tierra. Se había convertido en un instrumento al servicio de los cocaleros, como lo denunciaron en Roboré, ante la invasión del valle de Tucabaca, y también los de Tariquía.

Todos los empleados de Derechos Reales fueron despedidos, acusados de corrupción, porque se habían dedicado a beneficiar no a quienes tienen derecho, sino a los que les pagan más. La justicia nacional fue destruida con este método, el Parlamento sometido, la Contraloría corroída, además de un largo etcétera.

Los países vecinos nos están cerrando las fronteras. Argentina lo hace de frente, Chile de manera eficiente y Brasil, poco a poco. Pocos bolivianos se han enterado de esto. Ahora, por lo tanto, corresponde preguntar qué viene después de todo esto, cuál es el desenlace o, como se podría decir también, ¿cuál era el propósito de quienes manejaron este proceso de demolición de Bolivia?

En Somalia, lo he dicho tantas veces, se ha logrado el objetivo: la destrucción del Estado, pues tienen un Estado fallido, el primero por el momento. Resultado: allí solo existen las organizaciones ilegales. Es una tierra de nadie. Reina el tráfico de todo hacia todas partes. Personas enteras o por partes. Drogas en proceso de elaboración o listas para su uso. Los territorios por donde pasa la droga han sido tomados.

Solo algunos de los deudos no están enterados de este sepelio.

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