Opinión

Vaya buscando un candidato

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6 de diciembre de 2018, 4:00 AM
6 de diciembre de 2018, 4:00 AM

No sabemos cuándo serán, pero se escucha bulla de elecciones. Se siente el aire electoral. Se acercan unas “primarias” que no entendemos muy bien, pero sentimos olores nuevos. Aunque pareciera que han colocado espinas en el camino, sin remedio tendremos en breve que elegir nuevo Gobierno. Tendremos que buscar la persona que pondremos a la cabeza de la patria para que le dé vida. Otro día hablamos del proyecto. Pintemos la persona.

Es tiempo de pensar y de buscar. Especialmente ahora, después de un octavo de siglo bajo el mismo signo, es urgente elegir sabiamente. Hay que recuperar el tiempo perdido y curar las heridas abiertas. Tenemos que empezar de una vez a construir la patria que después de 200 años no acaba de nacer.

Ningún pueblo necesita un dueño. Por eso, cuando buscamos un candidato, no busquemos un patrón. No queremos un dominador que nos maneje a la fuerza ni con engaños. No necesitamos a nadie que arree un rebaño. Tenemos que buscar y encontrar un líder. Necesitamos alguien que nos haga crecer, que dé vida, que crea en la gente, que vea y que escuche. Nuestro líder no es soberbio, no se cree enviado por Dios para mandar. Nuestro líder se sabe con el encargo nuestro de servir. Nuestro líder es auténtico. No miente. No engaña. No abusa. No está por encima de las leyes ni de la crítica. Nuestro líder obedece a su gente y respeta la justicia.

No necesitamos un amo, sino un líder. Amo es el que decide en nombre del pueblo y lo manipula. Líder es el que nos da ilusiones y fuerza para que seamos capaces de caminar nosotros. Al amo pudiéramos admirarlo, pero le tememos. Al líder lo queremos y lo seguimos, porque creemos en él. El líder quiere lo que queremos porque piensa a nuestro lado. Nos une para alcanzar lo que solos no podemos alcanzar. El líder es fuerte, es inteligente, pero por encima de todo es profundamente humano, sufre con nuestros sufrimientos y disfruta nuestras alegrías, es sensible y es consecuente. Nos encanta porque puede más y lo puede cerca de nosotros, porque nos da fuerza, porque nos transmite coraje, porque nos hace soñar, nos hace avanzar, nos hace conseguir.

No somos una jauría ni necesitamos que se nos contagie agresividad. No necesitamos que nos conduzcan como tropa. No necesitamos que nos insuflen odios, ni rencores ni pasiones de venganza. No necesitamos que nos dividan, sino que nos unan. No necesitamos un déspota que mande al calabozo al que no festeja sus caprichos y ocurrencias. No necesitamos a nadie que haya que reverenciar, que nos tenga de rodillas, que nos pida sumisión y servicio a su persona. Necesitamos al que quiera y sepa servir a nuestro pueblo.

El líder que buscamos conoce los dolores de toda nuestra gente, que es la patria, y tiene las mismas esperanzas. Siente en carne propia nuestras heridas y tiene coraje para curarlas, aunque duela. Y cuando viene el dolor, no lo esconde, nos da valor para soportarlo.

Nuestro líder no es solitario, ni se rodea de serviles que le echan incienso y le mienten. Nuestro líder busca a los mejores, aunque no lo reverencien, les encomienda grandes tareas y les exige verdad, sabiduría y eficiencia. Nuestro líder es honrado hasta en el mínimo detalle, no porque no le importe el dinero, sino porque le importa más su pueblo y mucho más el respeto de su gente.

El líder que buscamos conoce nuestro país, a cada uno de sus pueblos, hasta el orgullo, y los sirve a todos, hasta a los más pequeños y a los diferentes, con respeto. Sin poses, trabaja para que en adelante todos tengamos íntegra la dignidad y los derechos

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