Opinión

Tensión entre EEUU e Irán

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11 de mayo de 2019, 4:00 AM
11 de mayo de 2019, 4:00 AM

El 14 de julio de 2015, la República Islámica de Irán firmó en Viena un acuerdo internacional denominado Plan de Acción Conjunto y Completo (JCPA, por sus siglas en inglés) para garantizar la reducción del programa nuclear iraní, bajo fiscalización de las Naciones Unidas.

Los cinco miembros del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (Estados Unidos, Rusia, China, Francia y el Reino Unido) y Alemania fueron la contraparte del pacto que obligaba a Irán a eliminar sus reservas de uranio enriquecido medio, cortar sus reservas de uranio enriquecido bajo por 98% y reducir por dos tercios sus centrifugadoras de gas por trece años. Irán también acordó no construir ningún reactor nuclear nuevo de agua pesada por el lapso de 15 años, a fin de frenar cualquier posible proliferación nuclear.

El 8 de mayo de 2018, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, resolvió romper el acuerdo firmado con Irán y establecer sanciones comerciales por considerar que no era suficientemente rígido ni confiable para que Irán desmantele su programa nuclear, decisión que convulsionó el acuerdo firmado en la capital austriaca y desató una escalada de tensión diplomática y militar en el Golfo Pérsico, una de las regiones más inestables y peligrosas del mundo.

Como se sabe, la República de Irán es parte del exclusivo grupo de 10 países con las mayores reservas de petróleo del mundo y su ubicación en el mapa la ha transformado en uno de los países estratégicos para el dominio de esa zona del mundo. Teherán cuenta con el respaldo geopolítico de Rusia, Siria y Turquía, lo que ha limitado las amenazas del Gobierno estadounidense de intervenir en territorio iraní.

Frente a la movilización de equipos y tropas de EEUU en la zona y el resquebrajamiento del acuerdo JCPA, Teherán decidió pasar a la ofensiva tras anunciar que dejaría sin efecto parte de los compromisos que asumió en Europa y dar un ultimátum de 60 días para que las cinco potencias obliguen a Washington a regresar al acuerdo de Viena.

Estados Unidos considera que el desarrollo de misiles y otras armas de largo alcance demuestra que Irán no tiene una verdadera vocación para desarticular su programa nuclear.

La comunidad internacional teme una escalada diplomática y militar en una de las regiones más explosivas del planeta. Esto puede tener consecuencias devastadoras para la economía mundial y debilitaría la presencia iraní en América Latina, donde Teherán se ha aliado con los gobiernos de la izquierda bolivariana en Venezuela, Nicaragua y Bolivia. Ojalá los esfuerzos diplomáticos permitan acercar a las partes y evitar una conflagración que podría tener consecuencias inconmensurables para la paz internacional y el comercio mundial.

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