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Soya versus coca

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17 de junio de 2019, 3:00 AM
17 de junio de 2019, 3:00 AM

Muy imaginativo y muy liberal, el Gobierno encontró, también muy rápidamente, una solución para el problema de la coca de Yungas, mientras los productores protestaban por la represión a sus dirigentes.

La solución consistió en habilitar un mercado negro en Lagunillas para que se venda la coca mientras el de Villa Fátima esté bloqueado por el conflicto. Si, tal y cual, como se lee, el Gobierno habilita un mercado negro movido por el principio liberal del libre comercio.

Mientras tanto, sigue preso Franklin Gutiérrez, el dirigente que había cometido la osadía de decir que ahora él, como dirigente cocalero, también quiere ser presidente de Bolivia, igual que el ya conocido.

En cambio, en el conflicto de la soya, el Gobierno está optando por buscar soluciones en un manual chavista, que es causante de la crisis que ahora vive el pobre pueblo venezolano.Para el caso de la soya, el Gobierno se empeña en mantener la prohibición de exportaciones y no quiere suspender la vigencia de la Función Económica y Social, una amenaza permanente a la propiedad de la tierra.

Liberal para la coca, pero enemigo del comercio para la soya.Quizá este comportamiento contradictorio tenga sus explicaciones. Al fin y al cabo, la soya está en la base de la cadena alimenticia. Se la consume en sus varios derivados y es alimento para pollos y cerdos, mientras que la coca es su rival, porque se supone que la consumen quienes no tienen para comer.

La soya sirve para quienes comen normalmente y la coca solo para quienes no comen y son más que veganos: son adictos a la hoja, sin contar a los que son adictos a los ingresos de los derivados, que son miles y están incluso en la política, muy alto.

El grano tiene otra desventaja en esta competencia. Cuando hay que hacer que descanse la tierra, se siembra maíz, que sirve también para los acostumbrados a alimentarse. Mientras que la coca acapara las tierras donde se la cultiva, no les da descanso, con cuatro o cinco cosechas por año. Otra desventaja más tiene el grano. Sus excedentes económicos son insignificantes en comparación de los de la coca. Nunca hubo un soyero presidente. A lo máximo que han llegado es a tener diputados.

La coca, en cambio, tiene presidentes e incluso monarcas.

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