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24 de abril de 2019, 4:00 AM
24 de abril de 2019, 4:00 AM

Una andanada de reacciones provocó la declaración de un funcionario, que la prensa reflejó así: “FAO califica de fatal la apuesta de Bolivia a los biocombustibles” (16.4.19).

El aluvión de titulares no se hizo esperar: “Califican de fatal declaraciones del representante de la FAO sobre biocombustibles”; “Sánchez arremete contra el Representante de la FAO por criticar modelo de biocombustibles”; “CEPB dice que el representante de la FAO tiene intereses ajenos a los de Bolivia tras declaraciones sobre biocombustible”; “Gobierno y empresarios critican a FAO y defienden biocombustibles”; “CAO asegura que afirmaciones de la FAO sobre el biocombustible carecen de sustento técnico”; “Anapo desestima críticas de la FAO”; “IBCE contradice a la FAO: mientras más biocombustible produzca el país habrá más alimento”; “Gobierno y empresarios refutan al representante de la FAO”; “Empresarios afirman que posición de la FAO sobre biocombustibles está alejada de la realidad”; “Declaraciones de Friedrich sobre biocombustibles contradicen principios de la FAO, asegura ministro de Hidrocarburos”; “Biocombustibles: críticas al representante de la FAO”; “Empresarios rechazan la versión de la FAO y ven que producción de biocombustibles es virtuosa”, etc.

Frente al entusiasmo por el ingreso de Bolivia a la era de los biocombustibles -produciéndose bioetanol desde 2018 y biodiesel para el 2019- ¡tenía que darse tan triste declaración! El ministro de Hidrocarburos le recordó que contradecía al representante regional adjunto de la FAO para América Latina y el Caribe y representante de la FAO en Chile, Alan Bojanic, que había felicitado a Bolivia por producir biocombustibles.

¿Estará la FAO en contra de los biocombustibles? ¡En absoluto!

El documento Los biocombustibles y la seguridad alimentaria (2013) del Comité de Seguridad Alimentaria Mundial (CSA), órgano de gobernanza de la FAO alienta “…a aplicar políticas y realizar inversiones para la producción de biocombustibles y alimentos de conformidad con las estrategias nacionales para el desarrollo y los acuerdos multilaterales aplicables a la seguridad alimentaria” y “…la integración de la producción sostenible de biocombustibles en las políticas agrícolas y forestales, de acuerdo con las particularidades de cada país”.

Cainco e IBCE demostraron con el libro Biocombustibles Sostenibles en Bolivia (2008) que generar biocombustibles respetando el medioambiente y la biodiversidad, produciendo más alimentos con equidad social, es posible.

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