Opinión

La economía global se ralentiza

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13 de octubre de 2018, 4:00 AM
13 de octubre de 2018, 4:00 AM

El ritmo de crecimiento de la economía global, en 2018 y 2019, no será del 3,9% como el Fondo Monetario Internacional (FMI) supuso en abril de este año, sino del 3,7%. “El mes de abril – dice Maurice Obstelfed economista jefe de la organización – el ímpetu generalizado de la economía mundial nos llevó a proyectar una tasa de crecimiento del 3,9%”. Sin embargo, a la luz de lo ocurrido desde entonces, “esa cifra parece excesivamente optimista”. La caída del ritmo de crecimiento se dará en las economías más avanzadas como en las de países emergentes y en desarrollo. Con todo, en las últimas puede ser menor.

En economías, como las de EEUU y China, el menor crecimiento será la consecuencia de la “guerra comercial” iniciada por el primero y por la incertidumbre derivada de las difíciles negociaciones para adaptar el Acuerdo de Libre Comercio de América del Norte (Nafta). En Gran Bretaña y la Unión Europea, un efecto parecido tendrá la peculiar situación creada por las igualmente difíciles negociaciones para concluir el proceso del Brexit.

Las economías emergentes enfrentan, entre otros, el desafío de adaptarse a las “condiciones financieras distendidas” operadas en los países más desarrollados - en especial EEUU y los de la Unión Europea – que provocan el encarecimiento del financiamiento internacional. Frente a esta situación, países como Argentina, Turquía y Brasil, se ven forzados a “endurecer” sus políticas monetarias con el riesgo de caer en la recesión. Las tasas de interés más altas en los países más desarrollados, desalientan la afluencia de capital hacia países emergentes y debilitan sus monedas. El FMI presume que, a pesar de esto, las “economías emergentes y en desarrollo” crecerán a un ritmo del 4,7%.

Para varios países en desarrollo, los pronósticos son más alentadores. Los productores de petróleo y de otras materias primas gozan de mejores precios. Si estos mayores ingresos sirven para hacer frente al financiamiento más caro y a la estabilidad macroeconómica, su futuro inmediato será mejor. En abril el FMI estimó en 1,2% la tasa de crecimiento de las economías de los países de América Latina y el Caribe. En cambio, en octubre la situó, para 2018 y 2019, en 2,2%. Esta visión de corto plazo no debe oscurecer los factores y las fuerzas que modelarán las economías en el mediano plazo. Entre ellos figuran las “nuevas tecnologías” capaces de provocar cambios severos en la “naturaleza del trabajo”. La principal respuesta a este desafío es, para el FMI, un “crecimiento más inclusivo”.

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