Opinión

Enredos de la propaganda

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3 de septiembre de 2018, 3:00 AM
3 de septiembre de 2018, 3:00 AM

Hace algunos años, un comentarista intentó emular Poema 20 de Neruda y, queriendo ofrecer un ánimo optimista y risueño opuesto al mensaje del poeta, escribió en su columna de un diario de La Paz: “Puedo escribir los versos más alegres esta noche…”. La intentona murió de rechazo por el mal gusto, antípoda de los versos entristecidos que fluían de la inspiración del gran poeta, después premiado con el Nobel. El desdén del público al intento de parodiar el sentido del poema grandioso, sepultó la idea para siempre.

Estos días, EL DEBER y Página Siete han destacado la noticia de una cumbia que intenta neutralizar el mensaje que ha cundido en toda la geografía boliviana. La primera línea lo dice todo: “Bolivia dijo no te vayas Evo”. En las imágenes y audios que vienen enlazados a las publicaciones, aparecen las primeras autoridades del país que, en un clímax de entusiasmo, bailan al son de la cumbia.

Para medir el efecto de la iniciativa habría que interpretarla en ambientes de concurrencia masiva. Mejor todavía, habría que determinar si se logra hacerlo en grandes urbes donde la tesis contraria también se manifiesta: Sao Paulo, Buenos Aires, Roma, Berlín o París, donde ya retumbó el original Bolivia dijo No. Es obvio que el esfuerzo conllevaría mucho coraje, pues tendría que posicionarse frente a una opinión adversa ya asentada y con tendencia a crecer. Podría afirmarse que la iniciativa partió con desventaja autoinfligida, al incorporar las tres palabras de la expresión que se quiere antagonizar: “Bolivia dijo no te vayas Evo”. Le agrega tres (…te vayas Evo), que quitan originalidad al mensaje. Como si en los 50 se hubiera querido cantar viva la Falange, gloria Villarroel, etc. bajo la tonada movimientista Siempre. ¿Se han dado cuenta los que lanzaron la idea? El fenómeno “opinión pública” no es una suma de opiniones, pero sí una amalgama potente, un conjunto de sentimientos, ideas, protestas, recuerdos y creencias nuevas y añejas, que convergen y se manifiestan públicamente de una manera contagiosa, reclaman unanimidad y llaman a la acción bajo una sola idea. Observen el “Bolivia dijo No” y verán esas características.

Los estudiosos aún no logran de manera unánime definir el fenómeno que, sin embargo, es esencialmente dinámico y visible en sus manifestaciones. Pocas veces ocurren fenómenos de la escala que presenta el “Bolivia dijo No”. Nadie podría pronosticar el resultado si los que ahora interpretan la novísima tonada “Bolivia dijo No te vayas Evo” lo hicieran durante una competencia deportiva o en una plaza pública. El tema es fascinante y continuará como objeto de estudio, aun cuando las causas que le dieron origen hayan desaparecido. Los sociólogos tendrán mucho para hablar sobre esta demostración empírica de cómo se impone el fenómeno masivo que, a falta de otra denominación, es, simplemente, “opinión pública”.

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