Opinión

El gabinete ‘duro’

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27 de enero de 2019, 4:07 AM
27 de enero de 2019, 4:07 AM

Se cambió a siete ministros, algunos menos importantes que otros; se lo hizo por la necesidad de ‘mejorar gestión’ y porque estos que entran servirían para ‘campañear’ mejor que los que se fueron, en el hipotético caso de que don Juan E. logre romper definitivamente el candado legal-constitucional y se habilite gracias a la ‘vinculatoriedad obligatoria’ en los actos de ‘validación de candidaturas’ de hoy, domingo 27 de enero de 2019.

Hábiles para generar expectativas y, sobre todo, para que se repitan sus discursos, en el masismo salieron con eso de que entra un ‘gabinete duro’, como si el anterior hubiera sido ‘blando’, solo por haber sido malo o poco eficiente en materia de logros y éxitos; no se entiende que la calle también jugó su rol ‘incomodador’, aspecto que parece no ser tomado en cuenta en los análisis de situación

A mí me da la impresión de que nadie se detiene a pensar que se puede ser bueno o malo en función de cuánto aire tenga el modelo o la propuesta general del Gobierno; es un hecho que la oferta y la promesa repetida o hecha con anterioridad y sin resultados reales es peor que la falta de ideas, y terminan en fracaso porque hay agotamiento, porque no hay novedad ni sorpresa. El poder político gubernamental es predecible, tanto como el ‘retorno’ de los llamados duros, cosa que implica que hay un agotamiento en el modelo y la oferta, y eso hace que tengamos ‘figuritas repetidas’ y reciclaje (a ver si logran hacer ‘composto’ con lo reciclado)

¿Gabinete duro porque vuelven Quintana y Arce Catacora y se incorpora Gabriela Montaño? ¿En serio? ¿Duros? Quintana ya mostró antes lo confrontador que puede ser, tiene fama de duro y, en realidad, de nada le sirvió todo aquello si finalmente el presidente debió mantenerlo en un ‘exilio dorado’ porque su presencia le hacía daño. Quintana es el responsable de El Porvenir, la defenestración de Leopoldo Fernández es su hechura, pero ese fue un momento violento en el país que probablemente no se repita (los venezolanos apuntalaban bien, ahora ya no están). Quintana, en momentos de no violencia, no se encontró cómodo, trató de generar tensiones amparado por su ‘fama’, pero la verdad es que, si se tuvo que ir, fue porque perdió en la confrontación permanente; ese es un hecho, ganó Beni por un ardid del TSE, no en cancha, eso es otra cosa. Invito a compararlo con Carlos Romero, que desde que entró al gabinete se dio modos para ‘estar siempre’, siendo prácticamente un imprescindible del presidente.

¿Cuánto asusta Quintana en tiempos de ‘enamoramiento’ electoral? ¿Es más que Juan E. como para sumarle votos? ¿O la idea es hacer uno, dos, muchos Porvenires? ¿Cómo, con qué y, sobre todo, para qué?

Gabriela Montaño: ¿cuándo fue ‘condescendiente’?, ¿tan poca memoria se tiene? Ella fue la dura y confrontadora que perdió cuando el CPP enfrentó al Gobierno con los médicos, primero, y con el resto, después; fue dura, agresiva y tenía, en ese momento, la Cámara de Diputados en la mano y no pudo imponer nada; ¿quién cree que como ‘fusible’ del presidente pueda hacer mejor trabajo? ¿Imponer el SUS va a ser un éxito? ¿Cómo? La gente seguirá sintiendo falta de todo en los hospitales, esa será su responsabilidad. No se trata de ley, se trata de gestión, ¿podrá con ello la ‘estrellita’ del gabinete? Llega precedida de fama interna, ¿le alcanza para que le teman, si acaso ese es el objetivo de Morales y sus estrategas?

Arce Catacora, desesperado por mantener fama y cámaras, pone en riesgo su salud; sabrá él. Como sea, supongo que a los empresarios y al sector público les interesa negociar con él mucho más que con Guillén, quien nunca dio certeza de nada. El ‘modelo’ de Arce siguió sin él en el mando, debe suponerse que no se va a cambiar gran cosa; la economía no es la misma y mucho no puede movérsela, las cifras no dan para mucho. José Manuel Canelas parece tener mucha más idea de su cargo que todos los anteriores; se lo escuchó sereno y ‘modernizador’, ¿le da el perfil para un partido que apuesta a la figura de fanfarria inauguradora del sempiterno Morales?

Y eso es todo, doña Nélida estuvo de segunda en el Senado; no mostró cualidades más allá de su trabajo de hormiga política. A Coca ya se lo vio antes, igual que a Rada, no son nada que se deba temer, si se tienen ideas y voluntad de hacer política en serio.

Duros, si se les da gusto a la pelea en su campo; eso se puede evitar; no depende del poder… eso está claro.

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