Opinión

Educación política

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1 de abril de 2019, 4:00 AM
1 de abril de 2019, 4:00 AM

Tratando de establecer normas mínimas de conducta democrática en un país que intenta, pese a la baja calidad de educación de la gran mayoría sus políticos así como de su población votante, pongo a consideración estos conceptos para reflexionar e intentar mejorar cualitativamente las discusiones en foros y debates que presenciaremos en la contienda electoral que se avecina, obviándole al público lo mas odioso entre contendores políticos, esperando que las discusiones sean de propuestas y de mejor nivel, en vez de descalificaciones ,vituperios y amagues de peleas.

Para cualquier cargo elegible: Ser político no quiere decir que se ha prohibido la educación para los que creen que los adversarios deben insultarse, trogloditas políticos que después salen al exterior y vuelven con pomposos elogios de otros países.

Es bueno que sepan que allá se practican normas elementales de educación con los adversarios. Nuestra costumbre pueblerina de tratar mal al contrario, muestra una inmadurez que raya en la más supina ordinariez y muestra miedo. Que supongan que ser amable con su adversario es debilidad, cuando en realidad debe ser visto como la virtud de mostrar respeto por la opinión ajena.

En las redes sociales basta que se muestren dos contrincantes dándose la mano o conversando que ya es motivo para que, según los esquizofrénicos de la política boliviana, sospechen de acuerdos, confabulaciones o pactos secretos, cuando esto debería revelar que el candidato respeta la opinión ajena, como en los países civilizados a los que admiramos, porque está bueno que los disfrazados que creen que todo es permitido, (entre otros escupirse etc.) sean los que dicten la conducta política ‘normal’ en Bolivia.

Quisiera poder escuchar la opinión de opositores sin que lo ofendan oficialistas que, por ser mayoría, creen que tienen mas derechos.

Para el pueblo votante: Estupidez escuchada muy frecuentemente: “Los políticos hablan nomás, no trabajan”. ¿Qué cosa quieren que hagan? Los ciudadanos les pagamos justamente para eso, para que debatan, para que hagan acuerdos, para evitar que los problemas bajen a las calles y nos perjudiquen, para que formulen leyes; ese es su trabajo. Con nuestro voto les hemos delegado también la responsabilidad de fiscalizar y deben cumplir ese mandato a cabalidad y eso se hace hablando.

Ojalá viva para poder escuchar representantes medianamente educados en el Parlamento que, por ahora, es lo que más se puede pedir, ¡porque una discusión de nivel, como en otro lado, con los parlamentarios actuales, sería imposible…!

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