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19 de marzo de 2019, 4:00 AM
19 de marzo de 2019, 4:00 AM

Se está abriendo el debate nacional de manera natural sobre la realidad de las ciudades, el espacio público y la construcción de un imaginario urbano. Las opiniones están desembocando en la sostenibilidad urbana a partir de un sujeto social extraordinario para la investigación, el estudio y las políticas públicas: la ciudad de Santa Cruz de la Sierra.

El reto es apasionante. Una ciudad de 1.800.000 habitantes, con un área de influencia de 2.500.000 habitantes y que en 13 años aumentará a un conurbano de 5.500.000. Y, además, un área de influencia y expansión que sale de Bolivia y llega por sus proyecciones económicas a 35 millones de habitantes más allá de nuestras fronteras, definen el grado de importancia y potencialidad del espacio que estamos hablando.

Necesitamos vivir en una ciudad que acompañe el proceso de desarrollo humano y sostenible, con habitantes que asumamos la importancia de este momento y con las ideas claras del salto que debemos dar. Tomando en cuenta las contradicciones económicas y sociales, constatamos que el crecimiento de la ciudad ha sido más vertiginoso que las ideas y la gestión que la está administrando.

“Los textos urbanísticos y recomendaciones de las Naciones Unidas dicen que las ciudades no deberían crecer a más de una tasa del 4% anual, ya que se vuelven de crecimientos inmanejables. Santa Cruz crece, desde hace casi una década al 6,5% anual, y nada parece indicar que eso se vaya a detener”, dice Ignacio Conoce, en su artículo Santa Cruz de la Sierra, la nueva ciudad estrella de América Latina, publicado en La Nación. Y concluye: “Santa Cruz no es una ciudad fácil, y la famosa hospitalidad camba viene con una letra chica que no se anuncia en las publicidades oficiales. Sin embargo, vibra. Se reproduce a tasas exponenciales”.

Existen muchas experiencias sobre el desarrollo de las ciudades y nos encontramos explorando los caminos más sostenibles hacia una ecología urbana. “La ecología urbana es la ciencia que nos ofrece la oportunidad de reconciliar las ciudades y a sus habitantes con el medio ambiente y la biodiversidad. Es un paso necesario para conseguir la sostenibilidad total”.

Santa Cruz de la Sierra, por su dimensión poblacional, territorial y recursos, tiene la posibilidad de convertirse en un paradigma de ciudad sostenible en América Latina. Nos corresponde recuperar el tiempo para alcanzar la calidad de ciudad inteligente cambiando una infraestructura gris de cemento a una infraestructura verde.

Las ciudades están cambiando permanentemente, y corresponde aprender de quienes avanzaron y ya resolvieron nuestros problemas, para innovar y adecuar los instrumentos, ajustarlos e integrarlos a la preocupación humana por el cambio climático, la ecología social y la ecología urbana.

El reto es mayor cuando comprobamos que nuestra agenda urbana, es válida para todas las ciudades de la república; hablar de incorporar una concha acústica, mercados turísticos, áreas públicas recuperables para recreación y actividad física en el entorno del río Piraí, habilitar un espacio para un mercado de pulgas, crear rutas turísticas urbanas, integrar los sistemas culturales o construir glorietas en las plazas para encuentros y retretas, puede elevar el debate y la fisonomía de nuestras ciudades, sin mayores costos que el que tienen las acciones improvisadas, y superando el que aparentemente no podemos salir, ligado a mercados desordenados y sucios, tráfico inseguro y caótico y basureros colectivos.

Asumamos que este debate, y este enfoque, pueden servir para todas las ciudades, los municipios y la gente que puebla nuestro territorio. Esa es una buena noticia.

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