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20 de septiembre de 2019, 5:00 AM
20 de septiembre de 2019, 5:00 AM

No baja el dolor de la Chiquitania ni el fuego que quema sus bosques. Lo que sí disminuye considerablemente es el dinero de los municipios para sostener la logística de la titánica tarea de apagar las llamas, que siguen apareciendo en los bosques cruceños. También caen las fuerzas, pues hay la mitad de bomberos de los que había la semana pasada. Lo que llama la atención es que parecería que ese desolador panorama ya no es prioridad para el Gobierno. Hace una semana, en una reunión con alcaldes y el gobernador, el ministro de Defensa prometió que en 72 horas el Gobierno apoyaría a la conformación de 10 comandos de incidentes, pero recién ayer se manifestó la intención de hacerlo. Se espera que hoy se concrete. Mientras tanto, no fluyen los recursos a las zonas afectadas, a pesar de que el Banco Central de Bolivia aprobó un crédito de $us 200 millones para esta contingencia. Ha sido la Gobernación cruceña la que aprobó ayer la dotación de Bs 1,5 millones para la mitigación del fuego.

¿Influyeron las encuestas en la atención gubernamental a los incendios?Hay algún analista que cree que el desastre chiquitano ayudó a que el presidente candidato suba en la intención de votos, aunque hay otro sondeo, vetado por el TSE, que afirma lo contrario. La campaña electoral tiñe de política la realidad y eso parece empañar los gritos de ayuda de indígenas y pobladores chiquitanos. Que el ruido proselitista no impida que la mirada de los políticos esté en la vivencia desoladora en toda su dimensión.

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